La violencia doméstica es un delito en China a partir de este martes, con la entrada en vigor de la primera ley en contra de ella, considerada un triunfo para las feministas tras más de una década de lucha para conseguir que esos malos tratos sean punibles en el país.
La ley fue aprobada por el Legislativo chino, la Asamblea Nacional Popular (ANP) el 27 de diciembre, después de modificar en diversas ocasiones los borradores presentados.
La ley supone un paso histórico para China, ya que desde hoy martes se deja de considerar la violencia doméstica un asunto "privado" o "familiar" y pasa a ser delito.
Además, está considerada un triunfo histórico para los colectivos en defensa de la mujer, que llevan desde los años 90 pidiendo una ley como la actual, aunque todavía consideran que puede ser mejorada.
La nueva ley describe la violencia doméstica como "un daño físico, psicológico o de otro tipo" y se contemplan como manifestaciones de ese abuso tanto el maltrato físico como el psicológico.
Las alusiones a la violencia emocional no estaban incluidas en las primeras versiones de la ley, si bien las autoridades las introdujeron tras las críticas vertidas por organizaciones feministas y otros grupos.
La normativa también acepta como violencia doméstica las situaciones que se dan en los casos de cohabitación, cuando las parejas no están casadas, otra reivindicación de los colectivos feministas que no recogían los primeros borradores.
Sin embargo, se critica que no se haya incluido la violencia entre parejas del mismo sexo, una medida que, según los grupos afectados, hubiera ayudado a combatir el estigma que pesa sobre la comunidad de lesbianas gais, bisexuales y transexuales (LGBT) en China.