Tras un 2020 en el que la pandemia obligó a posponer la cita política del año en China, las reuniones de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo) y del máximo órgano asesor comenzarán mañana en sus fechas habituales, en un momento en el que el virus parece bajo control en el país.
Las autoridades chinas continúan tratando de reforzar su papel en la escena internacional tras los errores cometidos en los primeros compases de la pandemia, destacando la contención del virus en China en contraposición a los países occidentales o la distribución de sus vacunas a países de Asia, Latinoamérica y África.
En el plano político, el máximo mandatario del Partido Comunista y del país, Xi Jinping, ya ha adelantado su punto de vista: en este "período turbulento sin precedentes" marcado por la pandemia, China tiene de su parte "el tiempo y la inercia" y debe mostrar su "convicción" y su "confianza".
Pekín aprovechará la oportunidad para tratar de presumir, no solo del control del virus en el país, sino también del efecto que esto tuvo sobre la economía, ya que fue la única de las potencias mundiales en crecer (un 2,3 %, concretamente) en 2020.
Esta proyección también tiene su eco en la denominada "diplomacia de las vacunas", con la que algunos críticos consideran que China está intentando incrementar su influencia a nivel internacional -especialmente en los países africanos-, centrándose en la exportación en lugar de en la vacunación a nivel local.
ACELERAR LA VACUNACIÓN ANTES DEL VERANO
Hasta finales de febrero, China había administrado 52,5 millones de dosis de vacunas para el coronavirus, lo que la situaba en la segunda posición a nivel mundial en términos absolutos, aunque esta cifra debe ser tratada en proporción a la población del país, de 1.400 millones de habitantes.
Esto supone que se ha vacunado hasta ahora a poco más de un 3,5 % de la población total, pero según el jefe del comité de expertos contra la covid de la Comisión Nacional de Sanidad, Zhong Nanshan, los planes de China pasan por acelerar esta campaña para hacer que esa cifra alcance el 40 % antes de finales de junio.
Otra de las figuras más conocidas de la lucha contra el covid en China, Zhang Wenhong, doctor del hospital shanghainés de Huashan, reconoció que el ritmo de vacunación en el país asiático es todavía "muy bajo" debido a que el virus está bajo control, pero que, a cambio, la capacidad de producción de vacunas va a ser "muy alta", con 2.100 millones de dosis anuales a finales de 2021.
Los expertos más destacados de China han pedido en los últimos días "colaboración global" para conseguir que, en unos 2 ó 3 años, se consiga la inmunidad global mediante campañas masivas de vacunación, en las que el país asiático jugará un importante papel.
LA PANDEMIA, CLAVE EN LOS PLANES ECONÓMICOS
Si una de las preocupaciones de los expertos médicos es precisamente retomar los viajes es porque son una de las industrias que más se han visto afectadas por una pandemia que no solo ha causado más de dos millones y medio de muertes sino que ha dejado graves daños económicos a nivel internacional.
Así pues, el covid y su influencia en la economía china también tendrán un papel destacado en una ANP en la que se aprobará el próximo plan quinquenal para el país, que sentará las bases políticas para el período 2021-2025.
Según la economista jefe de Natixis para Asia-Pacífico, Alicia García Herrero, la pandemia será precisamente una de las claves de ese plan: "La pandemia no se va a solucionar en 2021, al menos no del todo, y mucho menos las consecuencias sobre la economía mundial".
"La imagen de China en el mundo se sigue deteriorando como gran poder emergente y eso es algo a lo que tiene China que reaccionar. La clave es aumentar la dependencia económica que el resto del mundo tiene de China", explica a Efe.
La experta espera que en el centro del nuevo plan quinquenal figure el objetivo de la autosuficiencia tecnológica debido a las "más oscuras" perspectivas de crecimiento a largo plazo y a la guerra comercial con Estados Unidos.
"Es difícil que China consiga este objetivo en solo cinco años pero quizá sí a más largo plazo", considera García Herrero, que advierte de que por ahora "los datos siguen sin mostrar el impacto positivo de la innovación en China sobre la productividad".