Una estatua de Mao Tse-Tung de 37 metros de altura, que se había convertido en la más grande de China dedicada al "Gran Timonel", fue demolida por "carecer de la aprobación de las autoridades", pocos días después de que imágenes de esta efigie se publicaran en la prensa de todo el mundo.
Según informó este viernes el Diario del Pueblo, periódico portavoz del Partido Comunista de China, el mismo que difundió las primeras imágenes, la estatua, que no sólo llamó la atención por su tamaño, sino también por su intenso color dorado, quedó destruida en la localidad de Tongxu, de la provincia de Henan.
La escultura, que estaba siendo levantada en medio de un campo, había costado 3 millones de yuanes (unos 330 millones de pesos) y, a diferencia de los muchos otros cientos de monumentos dedicados al "Gran Timonel" en este país, no era una iniciativa pública, sino que fue financiada con aportes de empresarios locales nostálgicos del maoísmo.
Su construcción había durado nueve meses y estaba cercana a su término y con este derribo, la estatua más alta dedicada a Mao vuelve a ser un busto de 32 metros erigido en la ciudad de Changsha, donde el líder comunista pasó su juventud, que retrata al líder cuando tenía unos 20 años.
La siguiente estatua de Mao en la clasificación, inaugurada en la Universidad Médica de Chongqing en 2008, también fue polémica porque muchos admiradores de Mao se quejaron de que la efigie se parecía más bien a su sucesor y rival en el seno del Partido Comunista, Deng Xiaoping.
Mao sigue siendo venerado en China como el fundador del actual régimen, como prueba el hecho de que su retrato y su cuerpo embalsamado se encuentren en el corazón simbólico de la República Popular, la plaza de Tiananmen.