Miles de personas protestaron este fin de semana en las calles de varias ciudades chinas contra los cambios en el sistema de acceso a las universidades.
Los manifestantes, la mayoría de ellos padres, se quejaron de la reforma del sistema de cuotas de entrada a la educación superior, que obligará a los centros a admitir a más estudiantes de fuera de las provincias, lo que dejará menos plazas para los aspirantes locales.
En vídeos difundidos a través de las redes sociales, amplios grupos de manifestantes concentrados frente a las dependencias del gobierno provincial de Jiangsu en Nankín, donde ya llevan varios días de protestas, reclamaban a gritos: "Que salga el gobernador".
El origen de estas protestas es la reforma educativa que modificará los criterios para el competitivo acceso a las universidades chinas.
Este plan, lanzado por el Ministerio de Educación y el órgano de planificación económica (la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo), busca dar más oportunidades a los futuros universitarios de las provincias más pobres del país en las más prósperas, que albergan también los centros de más prestigio.
A pesar de que la oferta universitaria de China se está incrementando, los alrededor de siete millones de plazas que contempla son insuficientes para dar cabida a los más de nueve millones de estudiantes que cada año se presentan a los exámenes de acceso (conocidos como "gaokao")