El director para América Latina de Human Rights Watch (HRW), Daniel Wilkinson, manifestó a los países de la región que acercamiento entre EE.UU. y Cuba es una "oportunidad histórica" para reclamar por los derechos humanos en Cuba.
En el marco de la presentación global del informe mundial anual de HRW, Wilkinson habló en Sao Paulo sobre el anuncio de la normalización de las relaciones entre EE.UU. y Cuba, rotas desde 1961.
"Será un esfuerzo multilateral y un proceso largo. La sociedad cubana necesitará de la comunidad internacional. Dependerá de que los países que critican el embargo económico también critiquen los abusos en Cuba", agregó.
Sobre el embargo económico por parte de Estados Unidos a Cuba, Wilkinson dijo que éste "aisló a la población cubana y puso al gobierno de los Castro como víctima, como un David contra Goliat".
Y, por eso, saludó la decisión de Obama de reclamar al Congreso el fin de las sanciones económicas hacia Cuba.
Por otra parte, Wilkinson criticó a EE.UU. por los abusos en la cárcel de Guantánamo, adjudicando que "Obama perdió la oportunidad de cerrar Guantánamo cuando tenía mayoría en el Congreso".
Sobre Cuba, el informe de HRW se refirió a la represión del Gobierno a la disidencia, donde "han aumentado drásticamente las detenciones arbitrarias de corta duración de defensores de los derechos humanos, periodistas independientes y otros críticos".
Según HRW, "los gobiernos se equivocan de manera garrafal cuando ignoran los derechos humanos para ocuparse de desafíos graves en materia de seguridad".
Gobierno de Venezuela intimida a sus críticos
Wilkinson además enumeró parte del informe anual sobre trece países de la región, entre los cuales destacó los problemas de narcotráfico y crimen organizado en México y el conflicto armado en Colombia y la "prisión de opositores" y "censura a medios" en Venezuela.
Sobre México, el informe señala que "el gobierno ha logrado avances limitados en el juzgamiento de los asesinatos, las desapariciones forzadas y los hechos de tortura generalizados perpetrados por soldados y policías en el marco de acciones contra la delincuencia organizada, incluso durante la presidencia de (Enrique) Peña Nieto".
En cuanto a Colombia, se dice que a pesar del proceso de paz entre el Gobierno y las FARC, la población civil sigue siendo víctima de "graves abusos" perpetrados por las guerrillas y los grupos sucesores de las organizaciones paramilitares disueltas.
Respecto a Venezuela, se refiere en especial en lo referido a la represión de las manifestaciones antigubernamentales de 2014.
Según el informe, hubo un uso excesivo de la fuerza contra manifestantes en su mayoría pacíficos, detenciones arbitrarias, acompañadas de palizas y otros abusos a los detenidos, y denegación de los derechos básicos del debido proceso.
HRW señala que tanto con Hugo Chávez como con Nicolás Maduro en la presidencia de Venezuela, "la acumulación de poder por parte del ejecutivo y la erosión de las garantías de los derechos humanos han permitido al gobierno intimidar, censurar y perseguir a sus críticos".
Sobre Honduras, HRW advirtió sobre los "gravísimos índices de criminalidad e impunidad de violaciones de derechos humanos", con "el más alto nivel mundial" en 2014 y una respuesta de las autoridades "ineficaz", además de estar marcada por "corrupción y abusos".
En el caso de Guatemala reconoce los "avances" del Ministerio Público, pero aboga por el fin de la "impunidad" en "juicios por atrocidades del pasado", como el que se adelantó contra el ex presidente Efraín Ríos Montt.