La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) suspendió parcialmente una protesta contra el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, pero aclaró que es sólo una tregua para preparar un levantamiento popular.
El Gobierno, que celebró el fin de la movilización indígena, volvió a pedir calma a la población y dijo que tratará de conseguir las mejores condiciones posibles para el país en la próxima ronda de negociaciones del TLC, que comenzará el 23 de marzo en Washington.
Mientras el gobierno de Alfredo Palacio elabora su estrategia con la intención de cerrar la negociación en los primeros días de abril, cuando termine la ronda de Washington, los indígenas preparan nuevas movilizaciones, con el apoyo de otros sectores de la sociedad.
El diputado indígena Jorge Guamán aseguró que el levantamiento en el país será "total" entre el 23 de marzo y el 6 de abril, pero anticipó que si el presidente del país, Alfredo Palacio, firma el TLC, la movilización será indefinida.
Los indígenas evalúan si repiten el bloqueo de carreteras, que entre el lunes 13 de marzo y el jueves 16 interrumpió el tránsito en casi toda la sierra andina del país, movilizan a miles de personas hacia Quito, para presionar en su sede al Gobierno, o combinan las dos medidas.
Guamán no descartó que el bloqueo de vías continúe de forma indefinida en algunas regiones.
"Hay algunas zonas de las provincias de Imbabura, Carchi, Chimborazo, Cañar, Zamora y Pastaza que aún mantienen las vías cerradas", añadió Guamán, tras rechazar la versión del Gobierno que daba por finalizada la protesta indígena.
El diputado indígena explicó que la suspensión de la protesta en la provincia de Cotopaxi, que fue el foco de la movilización en los últimos días, se debió a que la Conaie no calculó la dureza del temporal que azotó a esa jurisdicción y que obligó a retirar a las manifestantes "para protegerlos".
Por su parte, el secretario de la Administración Pública, José Modesto Apolo, aunque admitió que hay algunas manifestaciones en varias provincias, aseguró que la protesta indígena ha concluido y que el país vuelve a la calma.
Apolo señaló que la protesta en Cotopaxi terminó después de que el Gobierno entregara a las autoridades de esa jurisdicción una asignación de dos millones de dólares para la ejecución de obras de infraestructura.
El funcionario indicó que el Gobierno dialogará con las autoridades de otras provincias con el fin llegar a acuerdos sobre las peticiones de recursos para la ejecución de obras, aunque remarcó que no atenderá las reclamaciones de los sectores que efectúen huelgas para negociar con el Ejecutivo.
Apolo insistió en que las demandas de la Conaie sobre la anulación del TLC con Estados Unidos, así como la expulsión del país de la petrolera estadounidense Occidental (Oxy), no se sustentan porque son temas que aún no han sido resueltos.
El funcionario indicó que el TLC aún se está negociando y que en el caso de Oxy, el Ministerio de Energía es el que debe resolver sobre la petición de la Procuraduría del Estado, para que se anule el contrato con esa compañía, acusada de violar el convenio para la explotación de crudo en la Amazonía.
La Iglesia católica, que se ha mantenido al margen de la protesta, reaccionó cuando ésta fue suspendida, al pedir a los indígenas que depongan las medidas de presión y al Gobierno que informe al pueblo sobre las ventajas y riesgos del TLC.
"La falta de información y la forma en que se han realizado las negociaciones han creado un ambiente de sospecha y temor", admitió la Conferencia Episcopal Ecuatoriana en un comunicado.
"Sugerimos que el Gobierno nacional consulte al pueblo antes de que el próximo Congreso ratifique o niegue el TLC", señaló el Episcopado y pidió a los negociadores ecuatorianos que agoten "todos los esfuerzos por conseguir el máximo de beneficios y el mínimo de perjuicios" para el país. (EFE)