Rafael Correa cumplió este domingo una década como presidente de Ecuador, país que está inmerso en una campaña electoral en la que se busca a su sucesor y en la que los asuntos económicos y temas de lucha contra la corrupción ocupan las primeras páginas en las agendas de los candidatos.
En su discurso ante una multitud en la ciudad costera de Guayaquil (suroeste), Correa aseguró que dejará al próximo Gobierno, que asumirá en mayo venidero, un país con la economía en crecimiento y estabilizada pese a los problemas por los que ha atravesado en los últimos años.
Reiteró que ha debido afrontar lo que llama la "tormenta perfecta", que incluye, entre otros, la caída internacional del precio del petróleo, la apreciación de dólar y los efectos de desastres naturales, como el terremoto de 7,8 grados de abril, que dejó más de 600 muertos y millones en pérdidas materiales.
Aunque la oposición le critica lo que tilda de despilfarro de fondos públicos, Correa aseguró que el dinero se ha invertido, entre otros, en obras sociales, como educación y salud, así como en mejoras en la infraestructura en lo que llama la "década ganada".
"Muchos esperaban que la economía colapsara (...). (Pero) no sólo la economía no ha colapsado, sino que ya muestra importantes, claros signos de recuperación y todo esto sin los paquetazos que, por mucho menos de lo que hemos tenido que enfrentar, nos daban cada año los partidos políticos de antaño, los gobiernos del viejo país", dijo.
Correa calificó sus diez años en el poder como la "década ganada", destacando, principalmente, los avances en economía. (Foto: EFE)
Prevé crecimiento económico en 2017
El presidente, quien asumió su primer mandato en 2007, aseguró que Ecuador ha "superado la recesión con un mínimo costo y en tiempo récord".
Añadió que se prevé para 2017 un crecimiento de 1,4 por ciento. "Dejaremos al próximo Gobierno una economía en crecimiento y estabilizada", subrayó mientras críticos y opositores tildan como "década perdida" a la administración de Correa e incluso le achacan tintes dictatoriales.
Correa dice entender que para los banqueros y los partidos políticos tradicionales, a los que agrupa en lo que llama "partidocracia", es la década perdida porque no han logrado, según afirma, influir en su administración.
La oposición le reclama, entre otros, lo que considera injerencia en otros poderes del Estado y que coarte libertades, como la de expresión, extremo rechazado por Correa, impulsor de una polémica ley de prensa por la que ha recibido críticas y apoyo dentro y fuera del país.
Corrupción en petrolera estatal: "Nos avergüenza"
Un reciente escándalo de corrupción desatado en la empresa estatal de petróleo, Petroecuador, ha servido a la oposición para atacar a Correa y criticar lo que consideran falta de control de los entes estatales.
"En los últimos meses hemos enfrentado el más grave caso de corrupción que ha sufrido el Gobierno, que nos avergüenza y que hemos sido los primeros en combatir", dijo esta jornada a la vez de rechazar comentarios de la oposición sobre la falta de control y fiscalización.
Aseguró que en su administración también están "escandalizados y dolidos" ante los más recientes episodios de corrupción, por los que se investiga a más de 80 personas en el caso de Petroecuador, pero también pidió no olvidar a los corruptos y corruptores del sector privado.
Correa asumió como presidente el 15 de enero de 2007 y dejará el cargo en mayo próximo. (Foto: EFE)
"Nunca se ha hecho tanto como ahora"
Aprovechó su discurso para criticar la existencia de los paraísos fiscales, y recordó que en los comicios de febrero los ecuatorianos también deberán pronunciarse en una consulta popular sobre si están o no de acuerdo en que los funcionarios públicos tengan bienes, capitales y empresas de cualquier naturaleza en paraísos fiscales.
El gobernante, quien asegura que en una década han transformado "irreversiblemente la patria", y a quien la oposición critica por el crecimiento del peso del Estado, aseguró que el Estado no debe sustituir a la iniciativa privada, "pero tampoco debe someterse a ella pues es el representante del bien común".
Pidió a sus compatriotas "huir de la mediocridad como de la peste", y pese a que dijo que aún falta mucho por hacer en el país, consideró que "nunca se ha hecho tanto como ahora".