El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, considera desplegar varios miles de soldados, buques de guerra y aviones en países aliados del Este europeo y las naciones bálticas, con una implicación militar mayor en la crisis de Ucrania, en cuya frontera Rusia concentra decenas de miles de tropas, informa hoy The New York Times.
El rotativo neoyorquino en su edición digital, que cita fuentes de la Administración norteamericana, señala que lo que el mandatario estadounidense decida esta semana puede significar un cambio de importancia en su política respecto a Rusia, en la que asegura ha mantenido la contención frente al temor de una invasión rusa de su vecino.
La decisión de abandonar la política de evitar la confrontación con Moscú, agrega el rotativo es atribuible al escaso progreso en las conversaciones diplomáticas y al aumento de las acciones intimidatorias del presidente ruso, Vladimir Putin.
En la reunión del sábado en la residencia presidencial de Camp David, los altos responsables del Pentágono ofrecieron las alternativas militares, incluida la aproximación de efectivos a Rusia, según las citadas fuentes, que cifraron entre 1.000 y 5.000 los soldados a movilizar en países del Este.
Esa opción, precisa el diario que indica que los funcionarios pidieron el anonimato, incorpora la posibilidad de aumentar el número de tropas si la situación empeora.
Este domingo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, amenazó con una respuesta "ágil y severa" si "una sola fuerza adicional rusa" entra en territorio ucraniano de forma agresiva, tras la confusión generada esta semana por las palabras de Biden.
"Si una sola fuerza adicional rusa entra en Ucrania de forma agresiva, se producirá una respuesta ágil, severa y unida por parte de Estados Unidos y de Europa", indicó el jefe de la diplomacia estadounidense en una entrevista con el canal CNN.
Las palabras de Blinken se producen después de que el jueves el propio Biden tuviese que aclarar que cualquier tipo de incursión rusa en territorio ucraniano será considerada "una invasión", tras la confusión que había generado anteriormente al insinuar que Washington matizaría las consecuencias ante una ocupación de menor escala.