Asesores de la campaña presidencial de Donald Trump y otros de sus colaboradores más próximos mantuvieron "reiterados contactos" con agentes de la inteligencia rusa durante el año previo a las elecciones a la Casa Blanca.
The New York Times citó a cuatro funcionarios y ex funcionarios -bajo condición de anonimato- que revelaron registros telefónicos y llamadas interceptadas entre los asesores del mandatario y los agentes de la inteligencia rusa, un extremo que Trump siempre ha negado que ocurriera.
Aunque las llamadas fueron frecuentes y en ocasiones también involucraron a funcionarios del Kremlin, las fuentes citadas por el diario no hallaron pruebas de que esos contactos derivaran en los "hackeos" a la campaña de Hillary Clinton y al Partido Demócrata, de los que la inteligencia de estadounidense culpa a Rusia.
Las fuentes del rotativo neoyorquino no revelaron el contenido de las llamadas ni los agentes rusos que las protagonizaron, tampoco los asesores de Trump vinculados al caso, con la excepción de Paul Manafort, quien fue jefe de la campaña hasta que le salpicó un escándalo de financiación irregular en Ucrania.
Manafort negó estas informaciones al ser consultado por el medio: "Esto es absurdo. No tengo ni idea de a qué se está refiriendo. Nunca he hablado conscientemente con oficiales de inteligencia rusos y nunca he tenido nada que ver con el Gobierno ruso".
Sospechas de larga data
La relación de la campaña de Trump con la Rusia de Vladimir Putin sobrevoló los comicios a la Casa Blanca en todo momento, ya que los demócratas consideraron que el Kremlin, con sus "hackeos", trató de ayudar al empresario neoyorquino a llegar al poder.
La filtración publicada hoy por The New York Times forma parte de la investigación que lidera el FBI a los vínculos entre los asesores de Trump y el Kremlin, así como al "hackeo" de información al aparato demócrata y a la campaña de Clinton.
Según los funcionarios citados, el FBI ha obtenido registros bancarios, registros de viajes y ha examinado de cerca a al menos tres colaboradores del presidente, que -como Manafort- han negado cualquier tipo de relación con el Kremlin.
The New York Times puntualizó, sin embargo, que muchos de los colaboradores de Trump tienen negocios en Rusia y Ucrania y que es habitual que empresarios entren en contacto con agentes de la inteligencia que a veces trabajan encubiertos en esos países.