Cientos de personas se congregaron este sábado frente a las puertas del Hotel Trump, en Washington, para realizar un acto de protesta con el fin de dar visibilidad a las víctimas de la violencia sexual.
El acto, que fue organizado por distintas organizaciones de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBTQ), tuvo como objetivo el defender, con un ambiente claramente festivo, el hecho de que cada uno es dueño de su cuerpo.
"La administración Trump busca silenciar y dejar de lado a numerosos individuos, especialmente a gente homosexual y transexual, negros, inmigrantes, trabajadores de la industria del sexo y personas con discapacidades, los cuales sufren mayores niveles de violencia sexual", denunció esta semana en un comunicado una de las instituciones organizadoras de la protesta, WERK.
Pese a la gravedad de estas acusaciones, los manifestantes lograron hacer de la protesta una fiesta gracias a sus coloridas vestimentas, a los cánticos y al uso de confeti biodegradable.
¿Desde dónde nace el enojo?
Desde que el presidente Donald Trump asumió la presidencia, hace poco más de un año, numerosas organizaciones sociales criticaron al mandatario por sus mensajes y decisiones faltos de sensibilidad con algunos grupos minoritarios.
Como ejemplos cabe destacar la decisión de Trump de no permitir que personas transexuales se alisten en las Fuerzas Armadas, medida que por el momento ha sido frenada en los tribunales, o su reciente controversia por referirse a algunos países de América Latina y África como "agujeros de mierda".
También la falta de una postura clara contra los numerosos casos de acoso sexual que vienen aflorando desde hace meses en el país, y que también han salpicado al propio mandatario, le ha valido una oleada de críticas al presidente.
"La protesta sirve para elevar las voces de los supervivientes y para reclamar la autonomía de nuestros cuerpos", explicaron los organizadores.