Donald Trump llegó este miércoles, acompañado de su esposa Melania, a Pekín, para llevar a cabo una visita de Estado a China encaminada a mejorar los lazos entre las dos principales potencias mundiales.
El avión Air Force One aterrizó en la Terminal 3 del aeropuerto de Pekín pasadas las 14:35 hora local (03:35 hora chilena), donde el mandatario fue recibido por autoridades del régimen comunista, una guardia de honor del Ejército de Liberación Popular y entusiasmados niños con las banderas de ambos países.
Trump y Melania, vestida de un negro casi enlutado, a juego con la corbata oscura del presidente, descendieron la escalerilla unos 20 minutos después de que el avión aterrizara, caminaron por la alfombra roja desplegada para la ocasión y subieron a una limusina Cadillac.
En su primera visita a China como mandatario, Trump tiene previsto reunirse mañana con su homólogo chino, Xi Jinping, cuando presidirá la celebración de un foro de negocios y la firma de varios acuerdos bilaterales en el Gran Palacio del Pueblo.
Trump y Melania descendiendo del avión presidencial. (Foto: EFE)
La visita sigue al encuentro que Xi y Trump mantuvieron en abril en la residencia privada del magnate estadounidense en Mar-a-Lago (Florida, Estados Unidos), una reunión que limó diferencias entre dos gobiernos, enfrentados tradicionalmente por cuestiones comerciales y diferencias ideológicas.
Visita a la Ciudad Prohibida
La jornada de hoy, de un corte más distendido que la de mañana, incluye una serie de actividades privadas con Xi y su esposa, la soprano Peng Liyuan. Trump y su esposa se trasladaron ya a la Ciudad Prohibida, el antiguo palacio imperial chino, directamente desde el aeropuerto internacional de la capital, tras volar desde la base aérea de Osan, en Corea del Sur.
Los dos matrimonios pasearon por los gigantescos y adoquinados patios del palacio, construido en el siglo XV, y que fue residencia de los soberanos chinos y centro de poder en las dinastías Ming y Qing (hasta 1911).
En un recinto que en días festivos o fines de semana puede recibir cientos de miles de visitantes, pero que fue vaciado para la ocasión para seguridad y disfrute de la pareja estadounidense, los Trump y sus anfitriones posaron ante los fotógrafos (uno de ellos tropezó con un adoquín rompiendose su cámara y sus gafas).
Xi y Peng, una famosa soprano en su país, vestidos con abrigos grises, mostraron a los Trump, ambos de negro riguroso, las distintas estancias imperiales, tras lo cual se prevé que los cuatro asistan en el mismo palacio a un espectáculo de ópera y tengan un banquete privado.
El recibimiento de Xi y su esposa al matrimonio Trump es poco habitual en visitas de Estado en China, ya que tradicionalmente los líderes extranjeros se encuentran con el mandatario chino y la primera dama en un recinto de aires mucho más comunistas, el Gran Palacio del Pueblo, sede del Legislativo.
Xi y Trump, en todo caso, se darán cita en ese lugar mañana, jueves, en la reunión de trabajo que mantendrán las dos delegaciones, donde se espera que las dos principales potencias firmen importantes acuerdos comerciales.