El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, dio este martes otro paso más contra los esfuerzos del exmandatario Barack Obama para enfrentar el cambio climático al formalizar la derogación del Plan de Energía Limpia, orientado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Como ya había adelantado este lunes que haría, el administrador de la Agencia estadounidense de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), Scott Pruitt, firmó este martes un aviso en el que propone la derogación del Plan de Energía Limpia de Obama, conocido como CPP por sus siglas en inglés.
Esa derogación "facilitará el desarrollo de los recursos energéticos de Estados Unidos y reducirá cargas reguladoras innecesarias", declaró en un comunicado Pruitt, un reconocido escéptico del cambio climático.
Según el jefe de la EPA, el Gobierno calcula que la eliminación del CPP puede suponer un ahorro de hasta 33.000 millones de dólares en costes evitables del cumplimiento de los objetivos de ese plan.
Si se elabora una nueva normativa similar para regular las emisiones de gases de efecto invernadero se hará "cuidadosa, correctamente y con humildad, escuchando a todos los afectados", adelantó Pruitt.
El Plan de Energía Limpia de Obama fue lanzado en 2015 con la meta de que Estados Unidos redujera para 2030 en un 32 % las emisiones de carbono de las centrales eléctricas con respecto a los niveles de 2005.
Pieza fundamental de los esfuerzos de Obama contra el cambio climático, el expresidente pretendía con el CPP ir reemplazando las centrales eléctricas de carbón por plantas abastecidas con gas natural y energías limpias como la eólica o la solar.
El camino para bloquear el plan de Obama
Pero en febrero de 2016, con una votación de 5 a 4, el Tribunal Supremo de EE.UU. accedió a una solicitud presentada por 27 estados y varias compañías y grupos empresariales para bloquear el plan de Obama.
Esa decisión implicó suspender las regulaciones del CPP mientras continúe el litigio sobre su legalidad.
En marzo pasado, Trump firmó una orden que pedía revisar el CPP como primer paso para buscar la independencia energética del país y crear empleos, particularmente en la deprimida industria del carbón.
La apuesta de Trump por alejarse del legado "climático"
Poco después, en junio, el mandatario honró una de sus promesas de campaña al anunciar la retirada de su país del Acuerdo climático de París, con el argumento de que ese pacto pone en "permanente desventaja" a la economía y los trabajadores estadounidenses.
Ese anuncio conlleva cesar "todas las implementaciones" de los compromisos climáticos de EE.UU. en el marco de París, entre ellos el fijado por Obama para reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre 26 % y 28 % respecto a los niveles de 2005.
No obstante, el Gobierno de Trump ha dejado la puerta abierta a que el país se reintegre en el pacto climático en un futuro o a negociar otro acuerdo "enteramente" nuevo, "mejor" y "más justo" para EE.UU., en palabras del magnate.
Republicanos a favor, demócratas en contra
En un comunicado, el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, el republicano Paul Ryan, calificó hoy de "decisión correcta" la derogación del CPP, sobre el que dijo que fue "una amplia e ilegal expansión de la autoridad gubernamental en el sector de la energía" y "devastadora" para la industria del carbón.
Por contra, el líder de los demócratas en el Senado, Chuck Schumer, alertó que, en un momento en el que los estadounidenses están experimentando un "clima extremo y peligroso con más frecuencia que nunca, lo último" que se debe hacer es "revertir acciones para combatir el cambio climático".
Mientras, Alejandra Núñez, abogada del Sierra Club, el principal grupo medioambiental de Estados Unidos, dijo a Efe que la revocación del CPP es "absurda" y "dejará vulnerables a millones de personas expuestas a enfermedades respiratorias y coronarias, y muerte prematura".