Delegaciones de Corea del Norte y EEUU se reunieron para tratar de fijar una agenda para su histórica cumbre del 12 de junio en Singapur.
El encuentro, del que no trascendió el contenido, se produjo en la frontera entre las dos Coreas, y se convirtió en la cuarta reunión de ambas delegaciones.
Estas negociaciones, rodeadas de un secretismo casi total, tienen como objeto fijar una agenda para el encuentro entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de EEUU, Donald Trump, para tratar la posible desnuclearización de Pyongyang.
El modelo para este posible desarme está siendo el principal escollo bilateral, dado que Washington presuntamente quiere un desmantelamiento del programa nuclear inmediato y completo.
El régimen norcoreano en cambio, quiere anteponer las garantías para su supervivencia como condición previa a un proceso de desnuclearización gradual, el que debe ser acompañado de un levantamiento de las sanciones internacionales.
Los 70 años de conflicto
El equipo de EEUU está comandado por Sung Kim, que fue delegado de Washington en las conversaciones sobre el programa nuclear de Pyongyang de la década pasada, mientras que al frente, en la representación norcoreana, está la vicecanciller, Choe Son-hui.
Pese a lo difícil del proceso, el pasado viernes Sung aseguró que las conversaciones van "en la dirección correcta".
Tras varios intentos, e incluso la cancelación de la cita por parte de Trump, ambas partes han confirmado esta semana que la histórica cumbre se celebrará finalmente en la fecha inicialmente prevista (próximo 12 de junio).
Esta cumbre será la primera en la historia entre líderes de los dos países tras casi 70 años de conflicto y de 25 años de negociaciones fallidas.