El Gobierno de EE.UU., presidido por Donald Trump, renovará las licencias para la minería de cobre y níquel cerca de un refugio salvaje en Minesota, en una marcha atrás en la regulación medioambiental impulsada por la Administración previa de Barack Obama, informó este sábado el Departamento del Interior.
La medida permitirá dar vía libre a los planes de la empresa Twin Metals Minnesota, una filial del gigante minero chileno Antofagasta PLC, controlado por la familia del multimillonario Andronico Luksic.
La empresa había presentado un proyecto de explotación minera de cobre y níquel justo al lado del refugio medioambiental Boundary Waters Canoe Area Wilderness, un área de 450.000 kilómetros cuadrados de lagos y bosques en el norte de Minesota, cerca de la frontera con Canadá, y protegida desde 1926.
Sin embargo, el Gobierno de Obama había paralizado dos años atrás los planes por el riesgo de "graves e irreparables daño a este área de fauna salvaje único, irreemplazable e icónica".
La prensa estadounidense ha destacado que precisamente Luksic es quien arrienda la casa a la hija de Trump, Ivanka, y su esposo, Jared Kushner, por 15.000 dólares al mes.
Ambos trabajan como asesores presidenciales de Trump en la Casa Blanca.
Preguntado por la cuestión, un funcionario del Gobierno estadounidense, que solicitó el anonimato, aseguró que "ni la señora Trump ni el señor Trump estaban al tanto de la situación, no tienen nada que ver con ella, y nunca han conocido a su casero".
Minera expresó su satisfacción
En un comunicado, Twin Metals Minnesota se mostró satisfecha por la decisión, que calificó como "un importante paso para asegurar la certidumbre de las inversiones en proyectos mineros en EE.UU. y reafirmar los derechos de propiedad y el estado de Derecho".
Esta zona cuenta con una de las mayores reservas mundiales no explotadas de cobre y níquel del mundo, indicó la empresa al presentar el proyecto, con un valor estimado de 40.000 millones de dólares.
Twin Metals Minnesota promete invertir más de 2.800 millones de dólares y generar 650 empleos directos.
Desde su llegada a la Casa Blanca en enero, Trump ha revertido numerosas regulaciones de Obama y prometido devolver la pujanza al sector minero y energético de EE.UU., que considera asfixiado por el exceso celo de su predecesor en materia medioambiental.