Estados Unidos es "especialmente vulnerable" a la escalada de la guerra comercial, cuyos efectos ya han comenzado a notarse en la "reducción" de los pedidos de exportaciones y la "vacilante confianza" en diversos países, expresó Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Aunque todos los países acabarán perdiendo finalmente en una guerra comercial, la economía de EE.UU. es especialmente vulnerable porque gran parte de su comercio global será objeto de medidas de represalia", afirmó la titular del FMI en un blog comentario antes de su participación en la cumbre ministerial del G20 de esta semana en Argentina.
Lagarde subrayó que el Fondo ya alertó en abril "sobre las heridas económicas autoinfligidas (de EE.UU.) como resultado de las medidas proteccionistas".
"Desgraciadamente, la retórica se ha mutado en realidad, y una serie de aranceles y contramedidas se han impuesto en el pasado mes. Los recientes datos de Europa y Asia apuntan a un descenso en los pedidos de exportaciones y una vacilante confianza entre algunos países exportadores de coches, como Alemania", agregó.
Las secuelas de la guerra comercial
Según los cálculos del FMI, los efectos de esta guerra comercial, desencadenada por la agresiva agenda proteccionista del presidente estadounidense, Donald Trump, incluso podrán restar hasta medio punto de crecimiento global para 2020.
Trump, sin embargo, ha defendido la imposición de aranceles a las importaciones de acero y aluminio, incluidos a tradicionales socios comerciales como la Unión Europea, Canadá y México, junto con medidas similares a centenares de productos chinos, con el argumento de que EEUU ha sido injustamente tratado en materia comercial.
El informe actualizado de "Perspectivas Económicas Globales" del Fondo, publicado esta semana, situó las previsiones de crecimiento mundial en el 3,9 por ciento para 2018 y 2019, y las de EE.UU. en un 2,9 por ciento y 2,7 por ciento, respectivamente.