El Congreso estadounidense concedió permiso de residencia permanente a Charlie Gard, el bebé de 11 meses conectado a una máquina respiratoria en un hospital de Londres, y a sus padres para que puedan viajar a EE.UU. y someter al pequeño a un tratamiento experimental.
Según publicó El Mundo, dos congresistas republicanos solicitaron la autorización del Congreso después de que el mismo presidente, Donald Trump, interviniese públicamente abriendo una dimensión política a un caso que hasta entonces era médico y ético.
La autorización del Congreso estadounidense coincide con la visita de Michino Hirano al Hospital de Londres, requerido por el juez que está llevando el litigio del Great Ormond Street Hospital, partidario de desconectar la máquina, contra el deseo de los padres del bebé, Chris Gard y Connie Yates, quienes quieren llevar a Charlie a EE.UU. para "intentar la última oportunidad de salvarlo".
Charlie padece una enfermedad genética (síndrome de agotamiento mitocondrial) que le ha dejado casi inmóvil, sordo, ciego parcial o total y sin la capacidad de responder apenas a estímulos. Sus padres se han opuesto a la decisión del equipo del hospital de desenchufar la máquina que lo mantiene vivo.
El caso ha pasado por todos los estamentos de la judicatura británica y por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Todos han fallado a favor del hospital.
Una carta de siete científicos aconsejando el tratamiento experimental reabrió el caso en el Tribunal Superior de Londres, donde el juez Nicholas Francis tiene previsto dictar sentencia el próximo martes 25 a la luz de las nuevas pruebas médicas.