El representante de Comercio Exterior de EE.UU., Michael Froman, resaltó la necesidad de que el Congreso de su país ratifique el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, en inglés) para evitar dar "las llaves del castillo" del comercio a China, su principal rival.
"Al final del día, me siento optimista porque siento que el Congreso de EE.UU. no dará las llaves del castillo" del comercio a China y en una "región tan importante" como la de Asia-Pacífico, dijo Froman en un foro organizado por el Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi) en la Ciudad de México.
Solo así se podrá mantener la visión y liderazgo de la nación norteamericana en el mundo y a su vez defender acuerdos comerciales como el TPP que tienen en consideración factores como los derechos laborales o el medioambiente, remarcó.
Acuerdo alternativo de China
China ha impulsado en los últimos años una política aperturista y de búsqueda de acuerdos comerciales, entre los que destaca el Acuerdo de Libre Comercio para Asia Pacífico (FTAAP), considerado la alternativa al TPP.
El FTAAP logró un importante espaldarazo en la cumbre de Asia-Pacífico que la ciudad de Pekín acogió en 2014, pero los acuerdos de EE.UU. con países como Japón para impulsar el TTP fueron un serio revés para Pekín.
"Si este (el FTAAP) avanza y el TPP no, nos quedaremos fuera de los mercados", especialmente los más "importantes" para las exportaciones de Estados Unidos, advirtió Froman.
De no aprobarse el TPP, y de tener la negativa del Congreso de Estados Unidos, esto daría "un terrible mensaje" al mundo, consideró el representante de Comercio Exterior.
Los participantes en el TPP
El TPP es un acuerdo comercial firmado en febrero pasado por 12 países: EE.UU., Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Para que entre en vigor deberá antes ser ratificado por los Parlamentos de cada una de esas 12 naciones.
El actual presidente estadounidense, Barack Obama, ha defendido el acuerdo y apuntado su intención de que sea aprobado por el Congreso antes de su salida de la Casa Blanca a principios de 2017, algo que cada vez parece más complicado.