En pie de guerra se mantienen los representantes del Partido Republicano de cara a las elecciones que se realizarán el próximo martes en Estados Unidos, y en las que se han propuesto el declarado objetivo de desbancar a los jerarcas demócratas y revertir así, desde el Congreso, la agenda reformista de la Casa Blanca.
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| Participante de la contienda, Obama ha enrostrado a sus adversarios las políticas que condujeron a la crisis de 2008. (Foto: EFE) |
Los opositores al Gobierno de Barack Obama han centrado sus ataques en la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, quienes encarnan, a su juicio, la agenda reformista del Poder Ejecutivo.
Reid, senador demócrata por Nevada, protagoniza la lucha más importante de su carrera política frente a la ex asambleísta estatal republicana Sharron Angle, apoyada y financiada por el movimiento ultraconservador "Tea Party".
Sus contiendas parecen dignas de un estudio de contrastes: mientras Reid apoya la reforma migratoria, Angle pide tolerancia cero contra los inmigrantes indocumentados; donde Reid ha apoyado una mayor intervención del Estado para fortalecer programas sociales, Angle pide eliminar el sistema de Seguro Social, entre algunos ejemplos.
"Nuestras encuestas (internas) nos colocan donde queremos estar. Estamos satisfechos con eso, y creemos que los republicanos saben dónde estamos y por eso es que mi rival ha estado tan desesperada haciendo cosas que son muy, muy, muy mezquinas", dijo Reid en una entrevista divulgada este domingo por la cadena televisiva hispana Univisión.
Distintas visiones de país
En su campaña, los republicanos han responsabilizado a los demócratas por la escasez de empleos y han prometido poner a EE.UU. por el sendero de la responsabilidad fiscal, comenzando con la anulación de buena parte de la reforma de salud promovida por el Gobierno
Los demócratas, incluyendo a Obama, Pelosi y Reid, replican que no se pueden ensayar las políticas "fallidas" como las que produjeron la crisis económica de 2008, y acusan a sus rivales de ofrecer, en vez de soluciones viables, sólo ataques partidistas.
La última vez que los republicanos controlaron ambas cámaras del Congreso fue en 1994, bajo la presidencia del demócrata Bill Clinton, y, según las encuestas, tienen grandes posibilidades de recuperar la Cámara Baja y ganar algunos escaños en el Senado este martes.
Si la oposición gana la mayoría en la Cámara Baja, desde ahí podrían complicar la agenda de política exterior de Obama, incluyendo asuntos tan delicados como la retirada paulatina de Afganistán, el alcance de la ayuda exterior, o una mayor apertura hacia Cuba.
En los comicios del próximo martes se renovarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, una treintena en el Senado, 37 gobernadores y otros cargos locales y estatales. Para mantener el control de la Cámara Baja se requieren 217 escaños, y en el Senado se requieren 50.