California, el estado más poblado de Estados Unidos, abre este 1 de enero de 2018 su mercado al comercio de la marihuana recreativa, con proyecciones que apuntan a una facturación anual de al menos 7.000 millones de dólares.
La mayor economía de todos los estados del país, y entre las más poderosas del planeta, se suma así a los otros territorios estadounidenses en donde el consumo y comercio de marihuana ya es legal, aunque bajo un reglamento estricto, y lo hace con unos 60 negocios que cuentan con licencias funcionamiento.
"La Oficina del Tesoro estima que en 2020 tendremos 7.200 millones de dólares en ventas de marihuana legal en California. Y 1.000 millones de dólares en impuestos", señaló a EFE Elizabeth Ashford, del Grupo Operativo de Cannabis de Los Ángeles (LACTF).
Para Ashford, las cifras "son conservadoras". Y es que a pesar del rápido crecimiento en otros estados donde el cannabis también es legal, como Nevada, que generó más de 19 millones de dólares en impuestos en sus cuatro primeros meses, California los superaría prontamente, debido a las altas expectativas de compradores.
"Crea trabajos y disminuye el desempleo"
Las ventas legales de marihuana en Estados Unidos y Canadá alcanzaron en 2016 más de 11.700 millones de dólares y se espera que lleguen a los 23.000 millones en los próximos cinco años, según la consultora ArcView, que apunta beneficios en el mercado laboral.
"La industria del cannabis crea trabajos y disminuye el desempleo", aseguró a EFE John Downs, directivo de ArcView y quien afirma que Colorado, donde la marihuana recreativa es legal desde 2014, registra "un desempleo menor desde la legalización" y es "el más bajo del país".
Los sindicatos también prevén que la legalización de la marihuana recreativa en California, aprobada en referéndum por los votantes en las elecciones de 2016, va a estimular la economía local.
"Va a ser una nueva industria regulada que va a proveer muchos ingresos, basados en impuestos para el estado", declaró a EFE Rigoberto Valdez, vicepresidente de la filial 770 del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Alimentos y el Comercio (UFCW).
La venta comenzará parcialmente este lunes en una docena de condados, entre los que no se incluye el Condado de Los Ángeles, el más poblado del país y que empezará a recibir solicitudes para licencias de distribución y venta a partir de enero.
La autorización de funcionamiento no solo debe ser aprobada por las autoridades estatales, sino también por los municipios.
Los dispensarios que ya han recibido luz verde para empezar a operar desde el 1 de enero se ubican principalmente en el norte de California, muchos en el área de la Bahía de San Francisco, así como en los condados de Riverside y San Diego, en el sur del estado.
En el llamado Estado Dorado, donde ya es legal la marihuana con fines medicinales desde 1996, el impuesto estatal a la venta será del 15 por ciento, al cual los municipios locales pueden añadir los propios.
Los estados en que es legal
En EEUU, además de California, la venta de marihuana para uso recreativo es legal en los estados de Alaska, Colorado, Nevada, Oregón y Washington. En Maine también es legal poseer una dosis personal, aunque todavía no se ha autorizado la venta al detalle, que se espera se inicie a mediados del 2018, mientras que en Massachusetts será legal a partir de julio de ese mismo año.
Quizás para aquietar a quienes se oponen a la polémica medida, entre los que se encuentran políticos, ligas de padres de familia y organizaciones religiosas, la puesta en marcha de la medida en California va de la mano de una serie de regulaciones.
Los dispensarios no podrán operar dentro de un radio de 600 pies (183 metros) de alguna escuela, y en algunas jurisdicciones está prohibida la venta a menos de 1.000 pies (305 metros) de parques públicos, guarderías y otras áreas señaladas como "sensibles".
Los cultivos en casas no cuentan con restricción de distancia respecto a escuelas o parques, pero queda limitado a seis plantas, y la venta en dispensarios se hará solo a personas mayores de 21 años y solo hasta una onza (28,3 gramos) por cada compra.