Besos, abrazos y autógrafos debió repartir el presidente de EE.UU. a la multitud que lo esperaba a la salida de un café, donde además se fotografió con decenas de personas.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, fue recibido como una verdadera estrella de rock en un café cercano a Tirana, donde besó, se dejó besar y hasta firmó autógrafos.
Bush avisó a la prensa con anticipación: "Van a ver a alguien ganarse a la multitud", dijo dentro del Café Cela, que está financiado con microcréditos proporcionados por la Agencia de Desarrollo de EE.UU.
Sin corbata y con las mangas de la camisa remangadas, se puso a saludar a la gente fuera del local que le esperaba con banderas estadounidenses y coreaba "Bushy, Bushy, Bushy".
Bush, el primer presidente de Estados Unidos en visitar Albania, estrechó manos durante al menos 20 metros, mientras la gente, emocionada, le tocaba los brazos, los hombros y la cabeza, donde también se ganó algunos besos.
Los agentes del servicio secreto, en tanto, miraban nerviosos en todas las direcciones.
En cuanto parecía que iba a ser engullido por la multitud, de la que le separaba una valla, un agente del servicio secreto le sujetaba por la cintura.
Bush se dirigió a su automóvil, un todo terreno negro, pero en lugar de entrar se quedó de pie, escuchando los gritos y aplausos de la gente.
Posteriormente, dejó el vehículo y volvió hacia la multitud, se fotografió con varias personas, abrazó a una anciana y repartió besos por decenas. (EFE)
