El Departamento de Justicia de Estados Unidos tiene previsto liberar durante estos días a 6.000 presos y entregar 1.700 a las autoridades migratorias, para que ellas decidan si estos ciudadanos extranjeros que cruzaron ilegalmente la frontera deben ser deportados o retenidos en centros de detención.
Un portavoz del Departamento de Justicia indicó que la entrega de los presos indocumentados al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) comenzó el pasado viernes y continuará el lunes.
La liberación de presos, que será la mayor producida de una sola vez en EE.UU., responde a una medida de la comisión de sentencias del gobierno estadounidense, que el año pasado decidió reducir las penas por delitos relacionados con la posesión, consumo o venta de drogas.
La Comisión de Sentencias decidió que el cambio tuviera un carácter retroactivo, de forma que personas ya encarceladas pudieran beneficiarse de esta nueva medida destinada a aliviar la superpoblación de las cárceles del país, donde viven 2,2 millones de personas.
Según la Comisión de Sentencias, la liberación de los presos, que se decidió en noviembre de 2014, se ha retrasado un año para trazar un plan de cooperación con diferentes instituciones del gobierno, como el ICE, que ahora tendrá que decidir sobre la deportación de los 1.700 extranjeros que serán excarcelados.
Estos ciudadanos también podrán ser internados en los centros de detención para inmigrantes indocumentados, que el mandatario de EE.UU., Barack Obama, clausuró poco después de su llegada a la presidencia, en 2009, pero decidió reabrir el año pasado tras el gran número de familias que cruzaron de forma ilegal la frontera, la mayoría de El Salvador, Guatemala y Honduras.
Cuando la Comisión de Sentencias tomó su decisión hace un año, estimó que en los días anteriores y posteriores al 1 de noviembre de 2015 saldrían de prisión 6.112 personas de las que un tercio (1.764) son inmigrantes indocumentados que cumplen condena por delitos de venta y tráfico de estupefacientes.
El 77 por ciento ya tiene beneficios
Según datos de entonces, el 77 por ciento de los reos que serán excarcelados ya vive bajo condiciones de arresto domiciliario o libertad vigilada en centros de rehabilitación.
Los ciudadanos que saldrán de diferentes penales del país recibieron condenas de prisión de 10,5 años de media y, como producto de la decisión del gobierno de EE.UU., habrán pasado 8,5 años en prisión en el momento de su liberación.
Esta iniciativa se engloba dentro de la reforma de la justicia penal que está impulsando Obama con el objetivo de acabar con el hacinamiento en las cárceles de EE.UU., que tiene una tasa de encarcelamiento mayor que la de China, según datos oficiales.