Con los problemas de la reforma sanitaria todavía coleando, el presidente Barack Obama quiere que se vuelva a hablar de economía. Y para eso, abrió un nuevo frente en el campo de la desigualdad económica que, dijo, pone en peligro "el sueño americano".
Desde que ganó la relección el año pasado, en EE.UU. casi no se habla de otra cosa que de la reforma sanitaria y el muy vinculado cierre de la administración, un asunto que ha golpeado duramente la popularidad del presidente.
Y parece que Obama quiere pasar página, dejar atrás el asunto y que se hable de otra cosa, en concreto de economía. Así, el presidente colocó sobre la mesa de la agenda política Estados Unidos la lucha contra la desigualdad con una decidida apuesta a favor de subir el salario mínimo.
"Las tendencias combinadas de creciente desigualdad y decreciente movilidad social suponen una amenaza fundamental para el 'sueño americano'", dijo el presidente en un discurso en Washington DC.
"Igualdad de oportunidades"
El presidente lamentó que la movilidad social de EE.UU. es incluso menor que la de países como Alemania, Canadá o Francia. Además subrayó que los niveles de desigualdad de ingresos en la primera economía del mundo sean "comparables a los de Jamaica o Argentina".
Según Obama, las estadísticas muestran "no solo que los niveles de desigualdad de ingreso en EE.UU. están cerca de la de países como Jamaica y Argentina, sino que es más difícil hoy para un niño estadounidense mejorar su posición en la vida de lo que es en la mayoría de nuestros aliados ricos, como Canadá o Francia".
Para el mandatario, esta desigualdad en las oportunidades que ofrece la economía a los ciudadanos se explica por cuestiones "no tanto de raza como de clase".
"Debemos avanzar más allá de la falsa noción de que esto es una cuestión exclusiva de las minorías", remarcó.
Obama, que dijo que la creciente brecha que separa a ricos de pobres es el "principal desafío" de su país, criticó al Congreso y a la oposición republicana por preocuparse más de reducir el déficit fiscal que los problemas del día a día de los ciudadanos.
"El implacable y creciente déficit de oportunidades es una amenaza mayor que nuestro déficit fiscal en contracción", dijo.
"Aunque no podemos prometer igualdad de ingresos, sí tenemos que garantizar igualdad de oportunidades", señaló.
Salir del Obamacare
El corresponsal de BBC Mundo en Washington, Thomas Sparrow, apunta que el discurso puede verse "como una forma de ir más allá y tratar de que el debate en Washington no se centre únicamente en los problemas que han mermado su popularidad, que han cuestionado su capacidad de gobierno y han dejado paralizado al Congreso en decisiones de vital importancia para el país".
"En muchos apartados del discurso Obama parecía pronunciando una agenda de aspiraciones para lo que resta de su periodo al frente de Estados Unidos: desde la reducción en el desempleo hasta el crecimiento económico, pasando por la promoción de la innovación o el incremento de los salarios", agrega Sparrow.
El corresponsal destaca que para ello Obama recurrió a una estrategia que en el pasado le ha traído réditos cuando sus políticas quedan en entredicho: "En una mezcla de optimismo y de frustración por los problemas que aquejan al país, Obama decidió utilizar su propia experiencia personal para describir sus intenciones y generar una reacción del público", señaló.
En ese sentido, por ejemplo, dijo: "Mi motivación como nieto, como hijo, como padre, como estadounidense es asegurarme de que todos los niños que se esfuerzan, que son trabajadores y optimistas tengan la misma oportunidad increíble que este país me dio".
"Culpa de Obama"
"Tenemos que ser implacables en el impulso a una agenda de crecimiento", dijo en referencia a su apuesta por construcción de infraestructuras, invertir en profesores y elevar el salario mínimo.
Sin embargo, con toda probabilidad estas iniciativas de Obama van a darse un encontronazo con la mayoría opositora en la Cámara de Representantes.
Por eso, el presidente desafió a los republicanos a hacer algo más que limitarse a decir "No" a sus iniciativas. "Ustedes le deben al pueblo estadounidense decirnos a favor de qué están".
La oposición no tardó en responder al discurso del mandatario y salió al paso para culparlo de los males que diagnosticó en un comunicado firmado por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
"El sueño americano está ciertamente ahora más en dudas que hace unas décadas, pero después de cinco años en el cargo, el presidente Obama no puede culpar a otro más que a sí mismo", dijo.
Para el líder conservador, los problemas del país están en las "fallidas" políticas de Obama, al que acusó de promover "más gobierno en lugar de más libertad".