Estados Unidos reducirá a 30 mil el número de admisiones de refugiados para el año fiscal 2019, la cifra más baja desde 1980, alegando que su sistema migratorio está "abrumado" por este tipo de peticiones.
Se trata de una cifra considerablemente inferior a la impuesta para el año fiscal 2018, que establecía la admisión de 45 mil refugiados en el país; en suma, unos números muchísimo más bajos que durante la Administración del expresidente Barack Obama (2009-2017), quien abrió la puerta a unos 85 mil refugiados en el año fiscal 2016, y unos 110 mil, en 2017.
La decisión fue tomada por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quién aseguró que el seguirán siendo "la nación más generosa del mundo en lo que respecta a la inmigración basada en la protección".
El secretario de Estado insistió, en una rueda de prensa sin preguntas, que el nuevo tope de 30 mil "debe considerarse en el contexto de las muchas otras formas de protección y asistencia ofrecidas por Estados Unidos", y que no debe ser el "único barómetro" para medir los esfuerzos humanitarios del país.
"Algunos caracterizarán el techo de refugiados como el único barómetro del compromiso de Estados Unidos con las personas vulnerables de todo el mundo", advirtió Pompeo, quien consideró que "eso sería incorrecto".
Los antecedentes
La fuerte reducción del cupo de admisiones demuestra la voluntad del presidente estadounidense, Donald Trump, de impulsar duras políticas de inmigración de cara a las legislativas de noviembre, incluso después de su polémica medida de "tolerancia cero" que ha provocado miles de separaciones familiares en la frontera con México.
Trump, que durante la campaña electoral de 2016 criticó la política hacia los refugiados y alertó de que algunos podrían ser en realidad terroristas, prohibió temporalmente la entrada en Estados Unidos de la gran mayoría de los refugiados del mundo durante 120 días, dentro de su polémico veto migratorio.