En medio de las protestas por el racismo y la brutalidad policial en Estados Unidos tras el crimen de George Floyd, el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, anunció este martes formalmente su decisión de escoger como aspirante a la Vicepresidencia a la senadora afroamericana Kamala Harris, de cara a las elecciones del próximo 3 de noviembre.
La congresista, de 55 años, fue fiscal general de California antes de ganar su escaño en el Senado en 2016. Asimismo, se presentó a las primarias demócratas en las que generó grandes expectativas en el arranque de la batalla, pero luego fue perdiendo impulso a medida que avanzó la campaña.
Muchos la consideran "la nueva Obama": como el ex presidente, Harris es mestiza (hija de padre jamaicano y madre india), pasó parte de su infancia en el extranjero (en Canadá), se convirtió en abogada y, luego, en la primera mujer negra en ganar el puesto de fiscal general de California, el principal abogado y funcionario encargado del cumplimiento de la ley en el estado más poblado del país.
"Estamos en un punto de inflexión en la historia de nuestra nación. Estamos aquí porque el sueño americano y nuestra democracia están bajo ataque como nunca antes", dijo Harris en uno de sus primeros mítines de campaña a comienzos de enero de 2019, en referencia al actual presidente estadounidense, el republicano Donald Trump, que aspira a la reelección.
ABOGADA, FISCAL Y SENADORA
Harris nació el 20 de octubre de 1964 en Oakland (California), un crisol progresista, de padres académicos: Donald Harris, un profesor de economía de la Universidad de Stanford, y Shyamala Gopalan, y especialista en cáncer de mama que enseñó en la Universidad McGill.
Vivió un tiempo en Montreal, donde trabajaba su madre, y estudió derecho en la Universidad de Howard en Washington. Los abogados fueron sus héroes al crecer, dijo al diario San Francisco Chronicle en 2009.
En 2010, con el apoyo de los trabajadores agrícolas y los sindicatos del sector público, Harris superó a un fuerte rival republicano para convertirse en la primera mujer de color en servir como fiscal general del estado.
Harris anunció oficialmente el lanzamiento de su campaña senatorial el 13 de enero de 2015. En las elecciones de noviembre de 2016, derrotó a la congresista y compañera demócrata Loretta Sánchez, obteniendo más del 60 por ciento de los votos y ganando todos menos cuatro condados de California.
En el Congreso, Harris ha apoyado la reforma del sistema de salud, la legalización del cannabis a nivel nacional, la protección municipal para los inmigrantes indocumentados, la "Dream Act" -una ley que permite a estudiantes indocumentados a acceder a ayudas y becas para ir a la universidad-, la prohibición de armas de asalto, la reducción de impuestos para las clases media y trabajadora, así como el aumento de las tributaciones a las corporaciones y al 1 por ciento más rico de los estadounidenses.
Sin embargo, tras anunciar formalmente en enero de 2019 su candidatura presidencial, activistas de derechos civiles criticaron el historial de Harris sobre el notorio hacinamiento en las prisiones de California. Su oficina argumentó en contra de la liberación de prisioneros no violentos elegibles porque el estado quería mantenerlos como fuerza laboral.
Algunos demócratas también acusaron a Harris de no haber hecho lo suficiente para investigar los tiroteos de la policía y que con demasiada frecuencia se puso del lado de los fiscales en casos de condenas injustas.
En los días posteriores a la muerte de Floyd a manos de la policía en Mineápolis, en mayo, Harris se unió a los manifestantes en las calles de Washington.
TRUNCADA CARRERA PRESIDENCIAL
La primera prueba de fuego verdadera entre los aspirantes a la nominación demócrata tuvo lugar a comienzos de febrero pasado, cuando se iniciaron formalmente las primarias demócratas con los "caucus" de Iowa.
Precisamente en ese estado del medio oeste fue donde Harris pasó a finales del año pasado las tradicionales festividades de Acción de Gracias junto a su familia y donde aprovechó para analizar sus opciones en los meses restantes, según recogió entonces la agencia de noticias EFE. Allí fue cuando decidió que su campaña no era viable y decidió comunicar finalmente su abandono.
"Mi campaña a presidenta simplemente no tiene los recursos financieros que necesitamos para continuar. No soy una multimillonaria. No puedo financiar mi propia campaña", reconoció en un mensaje que difundió a principios de diciembre.
Pese a los importantes respaldos logrados dentro del partido demócrata, los datos en las encuestas mostraban la fragilidad de la precandidatura de Harris, con apenas un respaldo del 3,4 por ciento a nivel nacional y solo un 3,3 por ciento en Iowa, según la web de ponderación de sondeos RealClearPolitics.
Con su salida, la reñida contienda demócrata se redujo, aunque mantuvo a pesos pesados como los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, representantes del ala más izquierdista del partido.
"UNA INTRÉPIDA LUCHADORA"
"Tengo el gran honor de anunciar que he seleccionado a Kamala Harris -una intrépida luchadora por el ciudadano de a pie, y una de las mejoras funcionarias públicas- como mi compañera de candidatura", reveló Biden, de 77 años, este martes a través de un mensaje en Twitter.
El ex vicepresidente de los gobiernos de Barack Obama había anunciado su intención de escoger a una mujer como compañera de candidatura y había más de una decena de nombres en juego.
Harris se impuso a otras aspirantes como la ex asesora de Seguridad Nacional Susan Rice, o también Warren, que se encontraban en la lista corta barajada por el veterano político.
Los demócratas celebrarán la próxima semana la Convención Nacional en la que nominarán oficialmente a Biden como candidato, aunque en esta ocasión tendrá lugar de manera online debido a la pandemia.
"Me siento honrada de unirme (a Joe Biden) como la candidata de nuestro partido a vicepresidente, y haré todo lo posible para convertirlo en nuestro comandante en jefe", aseguró Harris en Twitter.