La visita de apenas 24 horas de Nacy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., a Taiwán, enfureció a China. En una reunión con la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, la tercera autoridad en la cadena de poder del país norteamericano reafirmó que Estados Unidos "no abandonará" a la isla, a la describió como un "ejemplo" para el mundo, región que Pekín considera una provincia "rebelde" que es parte de su territorio. Para el analista internacional Fernando Estenssoro, académico del Instituto de Estudios Avanzados de la USACh, planteó que el viaje de Pelosi ocurrió en un marco donde "EE. UU. sigue siendo la potencia global más importante, pero está en un proceso de declinación acelerado", y Washington "está muy preocupado y nervioso" porque "China se acerca cada año más" como potencia. "En términos de política exterior, no logró absolutamente nada, porque China está resuelto a defender la soberanía y eso incluye Taiwán", apuntó a su vez Yun-Tso Lee, director del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales de la Universidad del Desarrollo. Los detalles en el informe del periodista Juan Cristóbal Chateau.