Corea del Sur y Estados Unidos respondieron hoy al último lanzamiento de misiles de Pyongyang con las mayores maniobras aéreas que se recuerden en la península coreana, una nueva muestra de fuerza que busca presionar al régimen de Kim Jong-un para que retorne al diálogo.
"El ejercicio 'Vigilant ACE' busca mejorar la capacidad operativa combinada de los dos países tanto de día como de noche y en cualquier condición meteorológica", señaló un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, que no quiso confirmar si es la mayor simulación aérea realizada entre ambos países.
De cualquier modo, medios locales insistieron hoy en que estas son las mayores maniobras que se recuerden, con 230 aeronaves y unos 12.000 efectivos involucrados.
En la simulación participaron por parte estadounidense varias unidades de la llamada quinta generación de cazas a reacción (propulsión a chorro): seis F-22, doce F-35, dos bombarderos estratégicos B-1B y seis EA-18G, cazabombarderos diseñados para la llamada "guerra electrónica".
Aunque "Vigilant ACE" tiene una frecuencia anual y estaba ya planeado antes de que Corea del Norte realizara el pasado miércoles su último ensayo de misiles balísticos, este operativo sirve de contundente respuesta ante el misil balístico intercontinental (ICBM) que lanzó Pyongyang el pasado miércoles.
El Ejército norcoreano disparó a modo de prueba el Hwasong-15, el que hasta la fecha es su ICBM más avanzado y que sitúa a Pyongyang cada vez más cerca de poder alcanzar EEUU con arma nucleares.