Ya van 13 ciudadanos españoles a los que las autoridades del país sudamericano les han impedido la entrada al país del samba, en una especie de vuelta de mano por las políticas aplicadas por Madrid.
Las autoridades brasileñas negaron la entrada al país de otros cinco turistas españoles, con lo que ya son trece los que han sido rechazados desde la semana pasada, en lo que el gobierno ha calificado de "medidas de reciprocidad".
Los españoles, al igual que un italiano, fueron enviados de regreso a sus países el fin de semana por las autoridades migratorias del aeropuerto de Salvador porque no tenían pasaje de vuelta, una de las exigencias que impone Brasil a los extranjeros, confirmaron fuentes de la Policía Federal.
Estas negativas de admisión se sumaron a las sufridas por ocho españoles en el mismo aeropuerto la semana pasada y ocurrieron después de que el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó a España su malestar por los problemas que muchos brasileños han tenido en la terminal aérea madrileña de Barajas.
A través de su embajador en Brasil, Ricardo Peidró, España ha explicado que los brasileños no admitidos en los últimos tiempos no cumplían con los requisitos que impone la Unión Europea (UE) y ha garantizado que no existe ninguna discriminación en los aeropuertos.
Sin embargo, el propio jefe de Estado brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reclamó el pasado viernes y anunció su interés en tratar el asunto personalmente con el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, tras las elecciones del domingo en España, en las que triunfaron los socialistas.
"La tensión electoral en España puede haber azuzado el tema. Esa elección termina el domingo (por ayer) y quiero, la semana que viene, conversar con quien sea electo", declaró Lula.
El asesor para Asuntos Internacionales de la Presidencia, Marco Aurelio García, negó este fin de semana que Brasil esté aplicando una suerte de "represalia", pero sí admitió que se ha ordenado un mayor rigor en los controles migratorios, en "reciprocidad" al que, a su juicio, se aplica en Barajas.
Entre el lunes y el jueves pasados, según medios locales, una treintena de brasileños fueron enviados de regreso desde España y este fin de semana, de acuerdo al diario O Globo, pasó lo mismo con otros dos.
Según el gobierno, en 2007 fueron casi 3.000 los brasileños que no pudieron entrar en España y alrededor de 800 han corrido la misma suerte en lo que va de este año.
De acuerdo al gobierno español, esas personas no cumplían con los requisitos establecidos en el acuerdo de Schengen, que regula la entrada de ciudadanos extra-comunitarios a los países de la UE.
El Congreso brasileño también ha expresado su malestar por el asunto y ha anunciado que pretende invitar para conversar sobre el asunto al embajador de España en Brasil y a algunas de las personas que no fueron admitidas en el aeropuerto de Barajas. (EFE)
