Los taxistas españoles, principalmente de ciudades como Barcelona y Madrid, mantuvieron este domingo la huelga para exigir al gobierno que limite las licencias de compañías como Uber y Cabify, a las que acusan de competencia desleal.
A la espera de la reunión de este lunes con el ejecutivo de Pedro Sánchez, las principales federaciones de taxis decidieron continuar el paro, que está afectando a lugares de tránsito turístico como aeropuertos y estaciones de tren.
Barcelona y Madrid son las ciudades más afectadas por los paros, que se iniciaron el miércoles y el jueves pasados y que dieron lugar a la convocatoria de huelga indefinida desde ayer. Las protestas se extienden también por Málaga, Sevilla, Aragón, Valencia, Alicante, Baleares y País Vasco.
Los taxistas de Barcelona ratificaron la huelga, mientras reclaman soluciones urgentes antes de abandonar el centro de la ciudad y despejar los accesos al aeropuerto. En Madrid, se acordó una "posición común" para la viabilidad del sector y han pactado seguir con las movilizaciones.
El gobierno español ha pedido a los taxistas "calma" y "vuelta a la normalidad" a la espera de ver qué sucede no solo en la reunión de mañana con el gremio del taxi, sino también en la del martes con las asociaciones de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC), que aglutina a plataformas como Uber y Cafify.
Uber, que funciona en numerosos países del mundo conectando usuarios con conductores, considera necesario modernizar la ley de transporte español para reducir los precios del transporte urbano y crear nuevos puestos de trabajo.