El Gobierno griego reconoció que recibió "presiones" de Estados Unidos para que no permita el amarre del petrolero iraní Adrian Darya en un puerto heleno y ha asegurado que no tiene intención de "facilitar" que la carga llegue a Siria.
"Esa es la verdad, hemos recibido presiones", reconoció el viceministro de Exteriores griego, Miltiades Varvitsiotis, en una entrevista con la cadena de televisión privada ANT1.
Con ello se refirió indirectamente a las declaraciones del secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, quien este martes amenazó con sancionar a cualquier país que preste apoyo al superpetrolero iraní Adrian Darya 1, al que Washington acusa de querer transportar 2,1 millones de barriles a la Guardia Revolucionaria iraní en Siria.
Tras un mes retenido el petrolero partió el pasado domingo de Gibraltar con rumbo hacia el puerto griego de Kalamata, si bien hasta el momento no ha solicitado formalmente atracar allí.
Varvitsiotis aclaró que es imposible que un petrolero de semejante tamaño -más de 133 mil toneladas- pueda amarrar en un puerto griego, pues ningún muelle tiene la profundidad necesaria o la infraestructura adecuada, lo que no quita que pueda echar ancla en aguas griegas.
De momento no hay "contacto alguno" con Irán y "nadie ha solicitado nada", pero Grecia ha dejado claro "en todos los tonos posibles, que no vamos a facilitar el transporte del petróleo a Siria", precisó el viceministro.
Grecia no tiene intención de perturbar sus relaciones con EE.UU. o Israel
Varvitsiotis reconoció que hay divergencias entre la Unión Europea y EE.UU. respecto al programa nuclear de Irán, lo que - dijo - "hiere" las relaciones con un socio tradicional como Estados Unidos, no obstante, recalcó que Grecia no tiene intención de perturbar sus relaciones con EE.UU. o Israel, países con los que mantiene una relación estratégica.
Al mismo tiempo, recalcó que para Grecia es muy importante que haya una situación de normalidad en el Golfo Pérsico, una zona en la que navegan muchos buques helenos.
De confirmarse que el petrolero se dirige hacia el puerto griego de Kalamata, como se desprende de la ruta ofrecida por el portal de rastreo de embarcaciones Marine Traffic, el buque podría arribar la península del Peloponeso el próximo domingo.
Según los reglamentos marítimos, la solicitud para atracar debe llegar con al menos 48 horas de antelación.
La tensión entre Irán y EE.UU. aumentó desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, retirara a su país del acuerdo nuclear de 2015 y volviera a imponer sanciones a Teherán.