Los diputados irlandeses que voten a favor de la nueva ley del aborto lo harán "en cooperación con el demonio", advirtió el arzobispo adjunto de Armagh, Eamon Martin, en un último intento de la Iglesia Católica por impedir su aprobación.
La Cámara Baja (Dáil) del Parlamento irlandés votará este miércoles la nueva legislación entre la división de parte del Fine Gael, la formación conservadora gobernante, que se opone a que se pueda interrumpir un embarazo cuando la vida de la madre corra peligro por la amenaza de suicidio.
Aunque el arzobispo Martin declaró que la excomunión es una "decisión inusual", recordó que los parlamentarios que respalden la ley podrían verse obligados en el futuro a dar explicaciones ante sus sacerdotes.
"El asesinato directo e intencional de cualquier persona es gravemente inmoral", declaró a la cadena pública RTE el religioso, haciéndose eco de la posición oficial de la Iglesia católica irlandesa.
Según Martin, votar "intencionadamente para promover el aborto", que definió como "el asesinato de un niño inocente", se hace "en cooperación como el demonio" y no "se puede reconciliar con la fe".
Más de un centenar de personas de grupos antiabortistas permanecen apostadas ante el Parlamento para hacer un último llamado en favor de un cambio de posición del Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas, que espera sacar adelante la ley.
Durante la jornada, los diputados discuten hasta 165 enmiendas presentadas durante la última semana para modificar la legislación redactada por el Ejecutivo, tras lo cual se procederá a la votación, prevista para las 21:00 horas GMT (17:00 hora de Chile) aunque podría alargarse hasta la medianoche.
Entre los miembros del mayoritario partido Fine Gael (FG) que se oponen a partes del documento destaca la ministra para Asuntos Europeos, Lucinda Creighton, quien alega motivos de conciencia para no aceptar, en concreto, la cláusula sobre la amenaza de suicidio.
Creighton y varios de sus correligionarios se exponen a ser expulsados del Fine Gael si votan en contra, según advirtió el primer ministro irlandés, Enda Kenny, quien quiere que la ley esté lista antes de que el Parlamento comience las vacaciones de verano, a mediados de este mes.