Rusia provocó este viernes daños en infraestructuras energéticas de varias regiones ucranianas, en un nuevo ataque masivo con más de noventa misiles y cerca de doscientos drones al que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reaccionó pidiendo medidas internacionales para limitar la producción rusa de misiles.
En un mensaje publicado en sus redes sociales, Zelenski afirmó que el presidente ruso, Vladímir Putin, sigue importando los componentes electrónicos que necesita pese a las sanciones aprobadas por los aliados de Ucrania para impedirlo.
Kiev encuentra regularmente chips y otras piezas fabricadas en Occidente en los misiles y los drones rusos que caen en su territorio.
El presidente ucraniano hizo referencia además al dinero que sigue ingresando Rusia por la venta de petróleo, y pidió que se refuercen las sanciones para lograr que éstas tengan "un impacto significativo en la producción de misiles" por parte de Rusia.
"Necesitamos una reacción contundente del mundo: a un ataque masivo debe responderse con una reacción masiva", remachó Zelenski, que dijo del bombardeo del viernes que es una prueba de que Putin no quiere la paz.
"Este es el plan 'de paz' de Putin, destruirlo todo. Así es como quiere 'negociar', aterrorizando a millones de personas", escribió.
Moscú habla de represalias por los ATACMS
Mientras, desde Moscú el Ministerio de Defensa ruso aseguró que el ataque es una respuesta al lanzamiento esta semana por parte de Ucrania de misiles estadounidenses ATACMS contra un aeródromo del sur de Rusia.
El parte militar ruso afirma además que todos los objetivos fueron alcanzados. Entre estos objetivos había, según la fuente, "instalaciones vitales" de la red energética que alimentan a la industria militar enemiga y habrían sido golpeados con drones suicidas.
El de este viernes es el duodécimo ataque masivo ruso contra el sector energético ucraniano desde el pasado mes de marzo.
El oeste de Ucrania, golpeado de nuevo
Como ya ocurrió en otros bombardeos recientes, infraestructuras eléctricas del oeste de Ucrania fueron alcanzadas en este ataque, que ha obligado a Ucrania a alargar los cortes de luz programados que ya aplicaba a diario ante la escasez de suministro creada por anteriores bombardeos.
Las autoridades ucranianas informaron de impactos en infraestructuras críticas en las regiones de Leópolis, Ivano-Frankivsk y Ternópil, todas ellas en la parte occidental del país. Sólo en Leópolis fueron alcanzadas seis infraestructuras energéticas distintas, según ha informado el gobernador de la región, Maxim Kozitski.
"Parece que están intentando socavar las capacidades de distribución para cortar las importaciones", dijo a EFE el experto ucraniano del Instituto Kennan estadounidense Andrian Propik.
Ucrania compensa el déficit de electricidad causado por los repetidos ataques rusos a su sistema de generación con importaciones de países de la Unión Europea.
Prokip señaló que los rusos también están tratando de destruir los depósitos de gas ucranianos, que están situados sobre todo en el oeste del país.
Centrales dañadas
Según el balance del ataque del viernes ofrecido por la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia ha empleado un total de 94 misiles para asestar este nuevo golpe a la red energética ucraniana. Las defensas ucranianas han logrado interceptar 81 de estos misiles. Entre los misiles no interceptados había cuatro misiles hipersónicos Kinzhal.
Todos estos misiles iban acompañados de 193 drones kamikaze Shahed y de otros modelos, de los que 185 no han alcanzado objetivos.
Pese al alto porcentaje de interceptaciones, varias centrales eléctricas de la empresa privada DTEK han resultado dañadas por los misiles o los drones rusos. Según la propia empresa, los impactos provocaron "daños significativos en equipamiento" de las infraestructuras, pero no provocaron víctimas.
"Cuando los ucranianos se despertaban en el que es hasta el momento el día más frío del invierno, el enemigo intentar quebrar nuestro espíritu con otro ataque terrorista, pero no lo conseguirán", dijo en una declaración enviada a los medios el director ejecutivo de DTEK, Maxim Timchenko, cuyas centrales han sido alcanzadas repetidamente por los drones y los misiles de Rusia.
Según denunció el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en su cuenta de X, cinco de los nueve reactores nucleares que operan en Ucrania funcionan con una capacidad de generación reducida debido a los efectos del ataque.