La candidata ultraderechista a la Presidencia francesa, Marine Le Pen, criticó este lunes los llamados del resto de partidos a frenar su avance en la segunda vuelta de las presidenciales, el próximo 7 de mayo, frente al socioliberal Emmanuel Macron.
En un viaje de campaña en Rouvroy, en el norte del país, Le Pen, líder del Frente Nacional (FN), cargó contra ese "viejo frente republicano podrido, que ya nadie quiere" y que "intenta aliarse" en torno a Macron, ex ministro de Economía con el actual presidente.
Entre los que han solicitado ya el voto para Macron están la formación conservadora Los Republicanos y el Partido Socialista, cuyos candidatos, François Fillon y Benoît Hamon, respectivamente quedaron ayer en tercer y quinto lugar.
El izquierdista Jean-Luc Mélenchon no ha lanzado una consigna de voto, pero su director de campaña, Manuel Bompard, avanzó anoche que era "obvio" que no lo iban a solicitar para Le Pen.
Con el 97 por ciento de los votos escrutados, la ultraderechista logró en la primera vuelta el apoyo del 21,43 por ciento de los electores, por detrás de Macron, que encabezó el escrutinio con el 23,86 por ciento.
"No hay decepción, créanme", añadió Le Pen, que dijo que su agrupación está "llena de esperanza y dinamismo".