El presidente francés, Francois Hollande, aterrizó este sábado en la ciudad de Sevaré (en centro este del país), en su primera visita a Mali desde que las tropas francesas se unieran a la ofensiva del Ejército maliense contra los rebeldes salafíes que controlaban el norte del país.
Sevaré, a 600 kilómetros al noreste de Bamako, fue uno de los centros de mando de la ofensiva militar franco-maliense que comenzó el pasado 11 de enero y que logró doblegar a los grupos radicales armados que controlaban las provincias septentrionales de Kidal, Gao y Tobmbuctú.
Hollande, que viaja acompañado de los ministros de Exteriores, Defensa y Desarrollo, tiene previsto reunirse con su homólogo maliense, Dioncunda Traoré, y viajar a Tombuctú, ciudad recuperada por las tropas aliadas franco-malienses, tras nueve meses de ocupación rebelde.
"Voy a Mali para expresar a nuestros soldados todo nuestro apoyo, todo nuestro orgullo. Voy a Mali mañana para permitir que los africanos vayan lo antes posible a unirse a nosotros y para decirles que les necesitamos en esa fuerza internacional", dijo Hollande ayer durante un desplazamiento a Ermont-Eaubonne, cerca de París.
En esas declaraciones, recogidas por la cadena BFM TV, el presidente francés añadió que se desplaza también a Mali para fomentar "que haya un diálogo político que pueda permitir" que este país, "después de haber perseguido a los terroristas, pueda reencontrar la estabilidad".