Los cuatro imputados del caso fueron declarados culpables ayer.
En las próximas horas se conocería la sentencia.
El caso, ocurrido en diciembre del año pasado, conmocionó a la India y tuvo repercusión internacional.
La Fiscalía pidió este miércoles la pena de muerte para los cuatro condenados por la violación mortal a una joven estudiante india que el pasado diciembre conmocionó a la India y cuyo caso fue visto ayer para sentencia.
Los convictos comparecieron esta mañana en el tribunal del sur de Nueva Delhi que ha instruido la causa y que podría anunciar el veredicto en las próximas horas.
"No puede haber algo más diabólico que una chica indefensa puesta bajo tortura", afirmó el fiscal Dayan Krishnan, según fuentes presentes en la sala.
Los condenados aparecieron sin esposas y agarrados de la mano por varios policías, mientras que el padre de la víctima tenía los ojos medio cerrados cuando comenzaron las declaraciones, de acuerdo con testigos.
Los convictos en el caso son Pawan Gupta, vendedor de frutas; Mukesh Singh, desempleado; Vinay Sharma, monitor de gimnasio, y Akshay Thakur, limpiador.
Todos ellos fueron hallados culpables ayer de un total de 13 cargos, entre los que figuran violación en grupo, ofensas antinaturales, destrucción de evidencias y asesinar a una víctima indefensa.
Un quinto implicado que era menor de edad cuando ocurrieron los hechos fue condenado hace 11 días a tres años de reclusión en un correccional.
Un sexto acusado, mayor de edad, se suicidó en marzo en la cárcel, según la versión oficial.
La víctima, una estudiante de fisioterapia de 23 años, regresaba el pasado 16 de diciembre con un amigo de ver una película en un cine cuando subieron a un autobús en el que ella fue violada y torturada por los seis hombres en Nueva Delhi.
La joven murió 13 días después en un hospital de Singapur.
El ataque desató una ola de protestas multitudinarias en el gigante asiático, y dio pie a un profundo debate sobre la discriminación y violencia que padecen las mujeres en el país.
Desde aquel crimen, hace ya nueve meses, la India vive en un estado de psicosis por las continuas acusaciones de agresiones sexuales que han acaparado las portadas de la prensa local e internacional.
