Al menos 116 personas murieron este martes por la estampida que se desató al término de un evento religioso en el norte de la India, por lo que las autoridades abrieron una investigación para esclarecer sus causas y anunciaron que presentarán cargos contra los organizadores.
"Los que resultaron heridos están recibiendo tratamiento médico y los cuerpos han sido enviados a diferentes lugares para su autopsia" dijo a los medios el inspector general de Policía Shalabh Mathur, del distrito de Aligarh, contiguo al de Hathras, en el estado de Uttar Pradesh, donde sucedió el incidente.
"Se presentarán cargos contra los organizadores que obtuvieron el permiso para el evento", agregó el oficial de Aligarh, donde fueron trasladados varios cadáveres y heridos.
La estampida tuvo lugar esta tarde, al cierre de una ceremonia religiosa conocida como "satsang", un evento organizado por lo general por un gurú para la oración colectiva, cuando miles de devotos que asistieron empezaron a marcharse.
Según testigos citados por medios indios, varias personas cayeron a una zanja que había a las afueras del recinto, antes de llegar a la carretera, lo que provocó una reacción en cadena donde muchos de ellos murieron asfixiados.
El magistrado del distrito de Hathras, Ashish Kumar, dijo que el incidente se produjo por la gran cantidad de gente que trató de abandonar el lugar al mismo tiempo.
Además, el funcionario indicó que la ceremonia contaba con permiso de las autoridades y que incluso varios policías fueron desplegados en sus inmediaciones. Sin embargo, aseguró que el resto de preparativos no dependía de ellos, por lo que iniciarían una investigación.
LA MÁS MORTÍFERA EN LA ÚLTIMA DÉCADA
El jefe de gobierno de Uttar Pradesh, Yogi Adityanath, afirmó por su parte que presentaría cargos contra los organizadores, al tiempo que anunció una compensación económica de unos 2.400 dólares para las familias de los fallecidos, y de casi 600 dólares para los heridos.
Las avalanchas y estampidas son un fenómeno frecuente en las celebraciones religiosas indias, y se deben en gran parte a las deficiencias en la gestión de las concentraciones multitudinarias o a la precariedad de las infraestructuras que rodean los lugares de culto.
Sin embargo, para encontrar una más mortífera que la de hoy es necesario remontarse a septiembre de 2008, cuando al menos 150 personas murieron y otro centenar y medio resultaron heridas en una avalancha humana en los accesos a un templo de la ciudad de Jodhpur, en el estado occidental indio de Rajastán.