El mandatario estadounidense advirtió que a pesar del deceso del máximo líder de la red Al Qaeda en Irak, "en las próximas semanas podría aumentar la violencia".
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, afirmó este sábado que la muerte de Abu Musab al Zarqaui a manos de las fuerzas militares de su país es "una victoria importante en la guerra global contra el terrorismo".
"Este terrorista nacido en Jordania era el comandante de operaciones de Al Qaeda en Irak", dijo Bush en su alocución radial de los sábados, en la que destacó que Al Zarqaui "condujo una campaña de ataques con bombas y secuestros que ha costado la vida a muchos soldados estadounidenses y miles de iraquíes inocentes".
Las circunstancias de la muerte de Al Zarqaui permanecen como la preocupación principal de los medios de prensa en Estados Unidos, mientras los políticos tratan sacar ventajas del incidente cuando faltan cinco meses para las elecciones legislativas.
Los republicanos celebraron el éxito logrado por las fuerzas militares estadounidenses que el pasado miércoles bombardearon una casa donde se escondía Al Zarqaui, mientras que algunos demócratas señalan señalado que el terrorista muerto será reemplazado por algún otro miembro de Al Qaeda y que Estados Unidos sigue empantanado en Irak.
En su alocución, Bush resumió el historial de Al Zarqaui y mencionó que el jordano "degolló y decapitó personalmente a rehenes estadounidenses y otros civiles en Irak, dirigió la destrucción de la oficina de ONU (Organización de las Naciones Unidas) en Bagdad y fue responsable de ataques con explosivos en hoteles de Amán (capital de Jordania)".
Este lunes, Bush congregará a su "gabinete de guerra" en Camp David, la casa presidencial del estado de Maryland, donde durante dos días los mandos militares y civiles del Gobierno analizarán la situación en Irak, país que Washington invadió hace más de tres años.
Para el martes están contempladas teleconferencias con la participación de los mandos militares estadounidenses en Irak, y Bush explicó que también conversará con el primer ministro iraquí, Nouri al Maliki, y miembros de su nuevo gabinete.
"Estos dirigentes ayudarán a que el Gobierno atienda sus prioridades: la reconciliación, la reconstrucción, y el fin de los secuestros, las decapitaciones y los ataques suicidas", según Bush.
Sin embargo, Bush puso algo de cautela al triunfalismo republicano, porque "la misión difícil y necesaria en Irak continúa".
"En las próximas semanas podría aumentar la violencia en Irak", advirtió el presidente, porque "los terroristas e insurgentes buscarán demostrar que pueden seguir adelante sin Al Zarqaui". (EFE)
