Once personas murieron en un atentado con bomba perpetrado la madrugada de este miércoles en la conflictiva provincia de Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán y donde actúan intermitentemente distintas facciones armadas, de obediencia tribal en su mayoría.
Según IRNA, la agencia oficial iraní, el atentado tuvo lugar a las 6:30 de la mañana (3:00 GMT), cuando un bus que transportaba a miembros de la Guardia Revolucionaria, un cuerpo militar de elite, quedó casi destrozado por una bomba colocada en el arcén de una carretera cerca de Zahedán, capital de la provincia.
Los atacantes dispararon primero con armas ligeras al vehículo de pasajeros para obligarlo a parar, y entonces detonaron un artefacto oculto en un auto bomba o en el mismo arcén.
La información llegada desde este lugar del extremo sureste del país, a 1.000 kilómetros de Teherán, fue fragmentaria y muy confusa, con cifras de víctimas que iban cambiando continuamente.
La agencia Mehr aseguró que un grupo llamado Yundolah (Ejército de Alah), dirigido por un tal Abdulmalek Rigui, se ha atribuido el atentado en un comunicado, pero no hay modo de verificar su autenticidad.
Este mismo grupo de Yundolah -extremistas sunitas- ya se había responsabilizado en el pasado de otros atentados contra agentes de la autoridad, pero el Gobierno siempre lo ha presentado como una banda de carácter más delictivo que político, vinculado al floreciente narcotráfico en la región.
La agencia IRNA vinculó el atentado con la tensión que vive el país con Estados Unidos, al asegurar que "una fuente responsable" no identificada afirmó que quienes llevaron a cabo el atentado "reciben el apoyo de Estados Unidos".
El director general de Asuntos Políticos de la provincia aseguró que hay cinco detenidos tras la operación: dos de ellos fueron arrestados con ayuda de la población local, y se encontró en su propiedad "varias bombas de mano y una cámara de vídeo".
También han sido arrestados otros tres supuestos cómplices, de los que hasta ahora las autoridades han dado pocos datos, aparte de calificarlos de "terroristas". (EFE)