El archipiélago, pese a no ser miembro permanente del grupo, es uno de los países más influyentes, ya que es el segundo mayor contribuyente de las Naciones Unidas.
El Gobierno japonés indicó que, si Irán no modifica su comportamiento, será preciso llevar el tema nuclear iraní ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El ministro portavoz, Shinzo Abe, afirmó que Tokio no ve "otra opción que informar al Consejo de Seguridad de la ONU, a no ser que Irán cambie su actual actitud" en referencia a su decisión de reanudar su programa nuclear.
Aunque Japón no es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, es el segundo mayor contribuyente de Naciones Unidas y con esta postura da un espaldarazo a Estados Unidos en este conflicto, en contra de las reticencias que plantean China y Rusia.
Esta posición de Japón llega después de que los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Gran Bretaña y Alemania (los dos primeros miembros permanentes del Consejo de Seguridad) acordaran en Berlín llevar este conflicto ante ese organismo de la ONU, lo que podría implicar la imposición de sanciones a Irán.
En una rueda de prensa, Abe explicó, no obstante, que el planteamiento del problema nuclear iraní ante el Consejo de Seguridad "es simplemente un medio" para resolver esta crisis, "pero no significa que Teherán vaya a ser objeto de sanciones inmediatas", citó la agencia de noticias Kyodo.
Según Abe, el objetivo de Japón es "conseguir que Irán detenga su desarrollo nuclear, aunque ello requerirá renovados esfuerzos diplomáticos".
Sin embargo, urgió al régimen iraní a que dé marcha atrás inmediatamente" en su decisión de restablecer sus actividades con uranio enriquecido y que cumpla con las demandas del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El ministro de Relaciones Exteriores japonés, Taro Aso, se pronunció en términos similares en otras declaraciones a la prensa, y también pidió mayores presiones diplomáticas sobre Teherán.
El martes pasado, Irán anunció que había retirado los sellos impuestos por el OIEA en sus instalaciones atómicas en la central de Natanz, en el centro de ese país, encargadas de enriquecer uranio en centrifugadoras de gas para producir combustible nuclear. (EFE)
