El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pidió un "control riguroso" de los votos de las elecciones generales para comprobar cada "error o irregularidad". En tanto, la prensa italiana aseveró que el gobernante estudia emitir un decreto que ordene el recuento parcial de los resultados.
Tras una entrevista con el presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, Berlusconi exigió el miércoles 12 de abril que la coalición de centroizquierda La Unión, de Romano Prodi, fuera despojada de la victoria en las elecciones del 9 y 10 de abril.
Según los datos del Ministerio del Interior, La Unión ganó las elecciones a la Cámara Baja por apenas 25.000 votos, sobre un total de 38,1 millones de sufragios emitidos. Berlusconi se negó desde el primer momento a reconocer la derrota, alegando que tiene pruebas de que se habrían producido amplias irregularidades en los comicios.
Una diferencia "tan pequeña de votos (...) exige una escrupulosa verificación y un control riguroso para comprobar cada error o irregularidad, según el procedimiento previsto en la ley", expresó Berlusconi.
La Unión también obtuvo el triunfo, en número de escaños, en el Senado, con 158 de los 315 que lo componen.
Berlusconi confió en que los jueces del Tribunal de Apelación y las circunscripciones a los que ha pedido ese control realicen su tarea con "la necesaria imparcialidad y serenidad".
Según la ley italiana, sólo se puede revisar una parte de los votos dudosos inmediatamente después de unas elecciones, pero varios periódicos informaron este jueves que Berlusconi podría usar su poder como primer ministro en funciones para emitir un decreto que amplíe el escrutinio postelectoral.
Desde Bolonia, el líder del centroizquierda italiano y ganador de los comicios, Romano Prodi, replicó las acusaciones del primer ministro, aseguró que "no hay ninguna duda sobre nuestra victoria" y pidió al gobernante que se "vaya a casa".
"Berlusconi, deja de envenenar Italia y deslegitimar el voto de los italianos", dijo Piero Fassino, jefe de los Demócratas de la Izquierda.
La izquierda además recuerda reiteradamente que el propio Berlusconi es quien controlaba el Ministerio del Interior y las prefecturas en las dos jornadas electorales para que sus denuncias no tienen base.
El nuevo parlamento será convocado el 28 de abril y no tiene programado votar un sucesor del primer ministro hasta el 12 ó 13 de mayo. (EFE)