El barco Diciotti de la Guardia Costera italiana, con 177 rescatados en el Mar Mediterráneo, espera en el puerto de Catania, en Sicilia, a que las autoridades autoricen el desembarco de los migrantes, a lo que se niega el ministro del Interior, Matteo Salvini.
Las personas a bordo y la tripulación han permanecido cinco días esperando hasta que ayer se autorizó que pudieran atracar en Catania, pero no está previsto que desciendan a puerto por el momento, pues Salvini exige que los migrantes sean distribuidos entre países miembros de la Unión Europea (UE).
El jueves pasado, los guardacostas se hicieron cargo de los migrantes, que habían sido socorridos por otras dos embarcaciones de la Capitanía de Puerto cuando se encontraban en dificultades en aguas de Malta, según el Ministerio del Interior italiano.
El Gobierno de Italia pidió al de Malta que los acogiera pero este le respondió que el puerto seguro más cercano era el de la isla italiana de Lampedusa.
La portavoz de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Italia, Carlotta Sami, destacó que las personas que se encuentran a bordo de la patrullera Diciotti "necesitan urgentemente recibir asistencia y el derecho a pedir asilo. Es un derecho fundamental y no un crimen".
"Negar el desembarco a estas personas agotadas, entre ellos menores y mujeres, es inadmisible", destacó la portavoz en Italia de la ONG humanitaria Save The Children.
También 15 asociaciones y movimientos de la ciudad de Catania pidieron en un comunicado el desembarco inmediato de los migrantes a bordo del Diciotti y consideran "inaceptable" que se impida entrar en Italia a personas en precario estado de salud.