Los cuatro ministros japoneses que se han visto involucrados en un escándalo de financiación irregular y cobros en negro en el seno del partido gobernante presentaron hoy su dimisión en bloque, horas antes del nombramiento de sus sustitutos.
El portavoz gubernamental y número dos del Gobierno, Hirokazu Matsuno; el ministro de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura; el titular de Interior, Junji Suzuki, y el de Agricultura, Ichiro Miyashita, presentaron este jueves su carta de renuncia al primer ministro, Fumio Kishida, tras días de rumores.
Las dimisiones se producen horas después de que Kishida confirmara su plan de reemplazar en el cargo a los miembros de su Gabinete que se han visto salpicados por una investigación de la fiscalía sobre cobros en negro de altos cargos del Ejecutivo y del Partido Liberal Democrático (PLD) que lidera en eventos de recaudación de fondos.
El escándalo ha desatado una crisis de Gobierno en la ya maltrecha gestión de Kishida, cuyos índices de aprobación están bajo mínimos.
"He presentado mi dimisión ante Kishida para evitar problemas en el desarrollo de la política nacional", dijo Matsuno en una rueda de prensa tras formalizarse las renuncias ministeriales y las de un asesor, en la que dijo ser consciente de "la desconfianza del público hacia la política" que están generando las informaciones sobre el caso.
Kishida tendría ya decididos a los sustitutos: el excanciller Yoshimasa Hayashi como portavoz, el exministro de Justicia Ken Saito como titular de Economía, el exministro del Interior Takeaki Matsumoto regresaría al puesto tras ser sustituido en la remodelación del Gabinete del pasado septiembre, y el exministro encargado de declive demográfico y otros retos sociales Tetsushi Sakamoto pasaría a ocupar el cargo de ministro de Agricultura.
Abordado por los periodistas al salir de su domicilio, Hayashi relató cómo Kishida le pidió apoyo en la "difícil" tesitura en la que se encuentra a raíz del escándalo y dijo que se esforzará todo lo posible "para demostrar plenamente mis habilidades", según NHK.
La fiscalía investiga una serie de ingresos procedentes de eventos de recaudación de fondos organizados por facciones (agrupaciones políticas dentro de una misma formación) del partido gobernante y que fueron a parar a altos cargos que supuestamente no los declararon, lo que supondría una vulneración de la normativa nipona.
Los cobros en negro ascenderían al menos a 500 millones de yenes (unos 3,1 mil millones de pesos chilenos) y fueron distribuidos entre docenas de miembros de una de las principales facciones del PLD, según los detalles del caso publicados por los medios locales.
Además de los cuatro ministros sustituidos, otros perfiles de peso del PLD salpicados por las irregularidades son el secretario general del partido en la Cámara Alta, Hiroshige Seko, el jefe de estrategia política, Koichi Hagiuda, o la exministra olímpica Seiko Hashimoto.
Se esperan también cambios entre los altos cargos de la formación, algunos de los cuales ya han anunciado sus renuncias.