El Gobierno de Japón consideró este martes que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) "no tiene sentido sin Estados Unidos", después de que el presidente electo de la primera economía mundial, Donald Trump, anunciara que retirará a su país de esa alianza comercial.
"El TPP no tiene sentido sin Estados Unidos. El equilibrio fundamental de ventajas (comerciales) se vendría abajo, y renegociarlo de la misma manera resulta imposible", dijo en rueda de prensa el ministro portavoz del Ejecutivo japonés, Yoshihide Suga, en palabras recogidas por la agencia Kyodo.
El comentario de Suga llega después de que Donald Trump emitiera el lunes un comunicado en vídeo anunciando medidas para los primeros 100 días de su futuro mandato, entre ellas "una notificación de intenciones" para retirar a Estados Unidos del pacto comercial multilateral.
El TPP apuesta por eliminar la mayoría de aranceles entre la docena de países de la cuenca del Pacífico -entre los que se cuentan, además de Japón y EE.UU., México, Chile o Perú- que acordaron adherirse a este tratado el pasado febrero.
Cada Estado debe ratificar independientemente el TPP para que pueda entrar en vigor, aunque el anuncio de Trump, que ya había prometido en campaña que sacaría a su país del acuerdo, hace difícil que éste se convierta en realidad.
Las palabras del ministro portavoz nipón reafirman lo dicho anteriormente por el Gobierno japonés ante la posibilidad, propuesta en su momento por México, de seguir adelante con el tratado sin la presencia estadounidense.
Japón se convirtió el pasado 10 de noviembre en el primer país firmante en dar su visto bueno al tratado después de que la Cámara Baja lo ratificara.
El Gobierno del primer ministro Shinzo Abe ha depositado grandes esperanzas en este pacto, al que considera un importante acicate para aprobar reformas estructurales pendientes dentro de su programa de reforma económica bautizado como "Abenomics".
Brunei, Canadá, Chile, Perú, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam firmaron el TPP en Auckland el pasado febrero, cuando se abrió un proceso de dos años para que cada miembro lo ratificase individualmente.