Japón volverá a tener desactivadas todas sus centrales nucleares desde el 15 de septiembre debido a que para entonces los dos únicos reactores actualmente operativos deberán estar detenidos para someterse a una revisión rutinaria, informó este martes la agencia de noticias Kyodo.
Será la segunda vez que el país asiático estará sumido en un apagón nuclear desde que el accidente en la planta de Fukushima, que resultó golpeada por el terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, obligó a las autoridades japonesas a replantear las normas de seguridad en las instalaciones nucleares.
El año pasado y por primera vez en más de 40 años Japón tuvo sus más de 50 reactores comerciales detenidos entre el 5 de mayo y el 1 de julio, fecha en la que la planta de Oi, en la prefectura de Fukui, retomó las operaciones para evitar apagones graves en la región de Kansai, la segunda más poblada del país.
Desde entonces, los reactores 3 y 4 de esta central han sido los únicos en funcionamiento en todo Japón.
Kansai Electric Power, operadora de la planta de Oi, ha solicitado a la Autoridad de Regulación Nuclear (NRA, siglas en inglés) iniciar las revisiones rutinarias el 2 de septiembre en el reactor 3 y el día 15 en el 4, según aseguró una fuente del Gobierno a Kyodo.
La ley en Japón establece que todos los reactores nucleares deben ser detenidos para someterse a una inspección de seguridad cada 13 meses, y que las eléctricas deben solicitar estas revisiones a las autoridades al menos con un mes de antelación.
Revisiones rutinarias
Estas revisiones rutinarias suelen durar entre dos y tres meses.
Aunque ningún otro reactor aparte de los dos de Oi ha vuelto a ser reactivado en el país tras el accidente de Fukushima, Japón se dispone a reiniciar varios de ellos tras haber revisado sus estándares de seguridad.
Sin embargo, el proceso para validar las operaciones de estas unidades podría tardar aún unos seis meses más.
Antes del accidente en Fukushima, el peor desde el de Chernóbil en 1986, la energía nuclear suponía casi un tercio del total de la energía eléctrica que consumía Japón.
Para compensar este déficit de generación nuclear, desde 2011 las eléctricas japonesas han incrementado las operaciones en sus plantas termoeléctricas y por ello han aumentado considerablemente el consumo de recursos fósiles.