La Presidencia de Egipto consideró que el país se encuentra en "guerra contra el terrorismo" y acusó a los manifestantes islamistas que piden la restitución del depuesto presidente Mohamed Mursi de ser "fuerzas extremistas".
El asesor presidencial para Asuntos Políticos, Mustafa Higazi, aseguró que el pueblo egipcio salió a las calles para levantarse contra el "fascismo teocrático" de los Hermanos Musulmanes y que fueron los líderes de este grupo quienes impidieron un arreglo negociado a la crisis.
"Hablamos de un Estado y de un pueblo que están sufriendo un ataque, una guerra de desgaste por parte de fuerzas extremistas que solo pueden ser calificadas como terroristas", señaló Higazi, antes de aludir a la actividad de grupos "yihadistas" en la península del Sinaí como la prueba de esa conexión con el terrorismo.
Para el asesor presidencial, los campamentos islamistas de Rabea al Adauiya y Al Nahda en El Cairo -que fueron desmanteladas por la fuerza el miércoles- "no pueden ser descritas como pacíficas, ya que en ellas se cometieron torturas, asesinato de civiles, incitación a la violencia".
Según Higazi, las nuevas autoridades surgidas del golpe de Estado del pasado 3 de julio intentaron llegar a una solución pacífica con los Hermanos Musulmanes, pero la "testarudez" de estos hizo imposible llegar a un arreglo. Asimimo, dijo los sucesos en el país no pueden considerarse "diferencias políticas", aunque dijo que el Estado "ganará esta batalla y fundará un Estado democrático civil".