Lejos de los campos de batalla de Mosul (Irak) y Al Raqa (Siria), en los pueblos controlados todavía por el grupo yihadista Estado Islámico los extremistas siguen imponiendo su ley y prohibiendo todo tipo de música o juego recreativo.
En una foto difundida este jueves en una de sus cuentas de la red social de Telegram, un grupo leal al EI muestra varios instrumentos de música destrozados después de haber sido supuestamente requisados por el cuerpo parapolicial de los yihadistas, la "hisba".
Los restos de un laúd, un xilófono, un violín partido por la mitad, dos panderetas, varios teclados de órganos destripados y un tablero de ajedrez aparecen entre otros objetos en la foto, en cuyo pie se puede leer "Muestra del trabajo de la Oficina de la Hisba en Hud al Yarmuk (Siria): Incautación y destrucción de cosas prohibidas".
En otra fotografía se ven varias cajas llenas de cartones de tabaco, y en la parte baja también se puede leer la misma frase que señala la confiscación de variados elementos.
Como parte de su propaganda, el Estado Islámico suele difundir, además de comunicados de guerra y videos de combates y ejecuciones, grabaciones y fotografías de las zonas que todavía controla en Siria e Irak, en las que intenta mostrar una imagen idealizada de la realidad.
La "hisba" del EI, también conocida como "policia religiosa", funciona como una especie de cuerpo policial y de inteligencia en las zonas que controla y es también habitual la publicación de reportajes de su trabajo en las redes sociales empleadas por los radicales.