Las dudas tras la decisión de EE.UU. de armar a los sirios contra el Estado Islámico

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Autor: Cooperativa.cl

Analistas y militares se muestran escépticos ante la propuesta de la administración Obama, que refrendó el Congreso.

Hay cientos de grupos rebeldes, muchos pelean entre sí y podrían ser difíciles de controlar para Washington.

Las dudas tras la decisión de EE.UU. de armar a los sirios contra el Estado Islámico
 EFE

Muchos grupos rebeldes se oponen tanto al Estado Islámico como al Gobierno de Bashar al Asad. "No hay ángeles en la guerra siria", dice un ex embajador.

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El Congreso de Estados Unidos aprobó recientemente un proyecto del presidente Barack Obama para armar y entrenar a los rebeldes moderados en Siria como parte de la estrategia contra el autodenominado grupo Estado Islámico (EI).

El presidente calificó la decisión como una señal de unión y apoyo bipartidista ante la amenaza de los militantes y aseguró que el programa de entrenamiento se realizará con apoyo de países árabes y estará basado fuera de Siria.

"El fuerte apoyo bipartidista en el Congreso para este nuevo esfuerzo de entrenamiento le muestra al mundo que los estadounidenses están unidos al enfrentar la amenaza de ISIL", dijo Obama usando la sigla con la que el gobierno se refiere a EI, en español Estado Islámico de Siria y Levante.

Pero el apoyo de la mayoría de congresistas no ha impedido que en Washington también haya escepticismo por el proyecto y, sobre todo, por los riesgos que implica involucrarse en un país fragmentado, difícil de entender e inmerso en una larga guerra civil.

Especialmente entre algunos militares de alto rango hay dudas sobre el veto del presidente a que haya soldados estadounidenses en el terreno y los combates directos se realicen principalmente por fuerzas aliadas que no necesariamente son del todo confiables.

"No hay ángeles en la guerra siria"

Una de las principales dudas que existe sobre la estrategia consiste en saber exactamente quiénes son estos rebeldes moderados y en realidad qué tan moderados y creíbles son.

En Siria se estima que hay unos 1.500 grupos, según datos publicados por el Servicio de Investigaciones del Congreso. Y según los cálculos que reveló la semana pasada el secretario de Estado John Kerry, hay "decenas de miles de combatientes de la oposición".

Muchos de estos grupos están peleando entre ellos y están divididos en cuanto a tácticas, metas y estrategias. Varios se oponen tanto a EI como al gobierno de Bashar al Asad.

"Por más de tres años los gobiernos occidentales han intentado crear una oposición moderada siria a la que puedan apoyar con palabras y quizás incluso con armas", dice Jeremy Bowen, el editor para Medio Oriente de la BBC: "Se ha logrado muy poco que haya tenido un efecto dentro de la propia Siria".

"El problema de Estados Unidos es que las políticas de guerra en Siria son enredadas", agrega. "Encontrar aliados confiables será difícil".

Kerry reconoció en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado el miércoles que no siempre podrá controlar lo que ocurra en el terreno, pero también aseguró que tiene en marcha un proceso de verificación para determinar exactamente con quiénes puede contar. Buena parte de los detalles permanecen, sin embargo, clasificados.

Entre lo que se conoce está que Estados Unidos sólo considera "serios" a unos pocos de esos grupos -los que tienen varios miles de miembros- y se ha reunido con algunos de sus representantes en Turquía e incluso en Siria. Así lo reveló en esa misma audiencia el ex embajador en Siria Robert Ford.

Ford también explicó exactamente a qué se refiere Washington cuando habla de "moderados".

"Lo que quiero decir con esa palabra es que los líderes de estos grupos no buscan imponer un estado religioso en la sociedad siria a la fuerza", dijo.

"Dicho eso -continuó el ex embajador- ahora no hay ángeles en la guerra siria".

Los riesgos de la estrategia

Esa cita del ex embajador revela hasta qué punto Estados Unidos es consciente de las dificultades que enfrenta con este "elemento clave" de su estrategia, como lo definió Obama el jueves.

"Siempre hay riesgos cuando uno no está allá físicamente en grandes números", le dice a BBC Mundo Ben Connable, analista del centro de estudios Rand y quien testificó en el Senado al lado de Ford y Kerry.

"Corremos el riesgo de armar sin intención a algunas personas que pueden cambiar de opinión y hacer cosas que no queremos", explica.

"También es posible que (algunos de esos grupos) terminen combatiendo contra el régimen de Bashar al Asad en vez de contra EI, con lo que no estarían cumpliendo con el propósito principal", agrega.

Este problema se debe a que la mayoría de grupos armados de la oposición se oponen a EI, pero al mismo tiempo algunos combatientes siguen considerando que su mayor enemigo es el gobierno de Al Asad.

El secretario de Estado aseguró que el proceso de verificación pondrá al gobierno en una mejor posición para "comandar y controlar" a esos grupos y tener "una confiabilidad profunda mayor".

Y agregó que si los grupos logran vencer a EI, "llevarán esa experiencia en la misma dirección que se propusieron originalmente, que es ocuparse de Asad".

Pero no todos están convencidos de que la estrategia vaya a tener el efecto deseado.
"Tener una fuerza del tipo que quieren los estadounidenses -tan hermética y tan fuerte que sus armas nunca lleguen a los yihadistas- puede ser imposible", dice Jeremy Bowen, de la BBC.

"Será igual de difícil entrenarla para que venza a Estado Islámico", concluye.

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