Israel aseguró este viernes que no aceptará ningún tipo de presencia internacional en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, el Monte del Templo de los judíos, y defendió el mantenimiento del "statu quo" que rige en esa zona.
La idea fue planteada por Palestina buscando una alternativa para evitar la violencia como la que se ha vivido en el sector este de Jerusalén durante las últimas semanas.
"Déjenme dejarlo claro. Israel no aceptará ninguna presencia internacional en el Monte del Templo. Cualquier intervención de ese tipo violaría el statu quo de décadas", afirmó el nuevo embajador israelí ante la ONU, Danny Danon, en declaraciones a la prensa.
El Gobierno de Israel expresó de este modo su total rechazo a la posibilidad de que fuerzas internacionales se encarguen de gestionar esa área, considerada sagrada tanto por judíos como por musulmanes.
Las autoridades palestinas han acusado a Israel recientemente de tratar de cambiar el "statu quo" en la Explanada de las Mezquitas, por las cada vez más abundantes visitas de judíos nacionalistas que pretenden rezar en el lugar, lo que consideran una provocación.
Además, Palestina defendió la necesidad de que la comunidad internacional intervenga para detener la "agresión" israelí "contra el indefenso pueblo palestino y contra sus templos", según dijo su representante ante la ONU, Riyad Mansur.
En concreto, Mansur planteó la posibilidad de desplegar en Jerusalén Este una "presencia internacional" para garantizar precisamente el respeto de ese statu quo, que permite a los musulmanes acudir a rezar a la Explanada y a los judíos visitarla, pero no orar.
Según las autoridades palestinas, ya no se puede confiar en Israel para mantener ese arreglo, por lo que de la tarea se debería encargar a una fuerza internacional.
El Gobierno israelí, mientras tanto, acusa al presidente palestino, Mahmud Abás, y a otros líderes de "mentir" sobre la situación en ese área con el fin de "incitar" a la violencia.
El recinto sagrado aloja la Mezquita de Al Aqsa, tercer lugar más sagrado para el islam, y es conocido como Monte del Templo para el judaísmo, que lo considera su primer sitio santo por marcar el emplazamiento de los antiguos templos de Jerusalén.
El punto se ha convertido en las últimas semanas en el epicentro de las tensiones entre judíos y musulmanes, que hoy dejaron un balance de cinco palestinos muertos, un centenar de heridos y un soldado israelí apuñalado.
Además, durante la madrugada, un grupo de palestinos prendió fuego a la Tumba del Patriarca José, en Naplusa (Cisjordania), un ataque que fue condenado enérgicamente por la ONU.
"Este incidente representa un episodio especialmente preocupante dada su dimensión religiosa", dijo ante el Consejo el subsecretario general para Asuntos Políticos de la organización, Tayé-Brook Zerihoun.