El ejército sirio declaró, tras derrotar a los yihadistas del grupo Estado Islámico, el control total de la provincia de Damasco por primera vez desde 2012.
El portavoz de la Comandancia General del Ejército (CGE) sirio, Ali Maihub, aseguró que gracias a sus unidades se "ha garantizado la seguridad de la capital, Damasco, y sus alrededores por completo".
Para el militar "el control de la zona de Hayar al Asuad y del campamento (de refugiados palestinos) de Al Yarmuk es un logro cuya importancia consiste en haber acabado completamente con los elementos terroristas más peligrosos".
Las operaciones militares, que comenzaron el pasado 19 de abril, "acabaron con un gran número de terroristas de la organización terrorista 'Dáesh' (acrónimo en árabe del EI), lo que facilitó el control completo de la zona de Hayar al Asuad y Al Yarmuk", indicó.
La capacidad del ejército
El portavoz calificó este "logro" como una "evidencia" la capacidad de su ejército para hacer frente "al terrorismo sistemático apoyado por grupos regionales e internacionales".
Además insistió en no detener esta contienda, y aseguró que "la eliminación completa del terrorismo es una decisión siria irrevocable, sean cuales sean los sacrificios".
Tras el anuncio del militar, la televisión local mostró imágenes en directo de banderas sirias izadas en los diferentes edificios de la zona.
El momento del ataque
Esta ofensiva se produjo "después de limpiar todas las zonas de Guta Oriental y Occidental completamente del terrorismo "takfirí" (radical) y la destrucción de sus agrupaciones que se extendieron en esas áreas", aseveró Maihub.
Según el recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en este mes de combates en el sur de Damasco han muerto al menos 62 civiles, entre ellos dieciséis niños y nueve mujeres.
Además, durante la ofensiva, al menos 233 radicales y 251 efectivos gubernamentales sirios perdieron la vida, según datos de la misma ONG.
El presunto acuerdo
De acuerdo a informaciones del observatorio, unas 1.600 personas, entre ellas combatientes del grupo extremista y sus familiares, fueron evacuadas desde ayer de los barrios de Hayar al Asuad, Al Tadamun y el campo de Al Yarmuk por un acuerdo "secreto" con las autoridades.
El grupo partió a bordo de 32 autobuses distribuidos en dos convoyes: el primero salió ayer domingo y el segundo en la madrugada de hoy lunes, con destino al desierto del este de Siria, donde queda uno de los últimos reductos yihadistas en el país árabe, en una zona fronteriza con Irak.
La salida de los combatientes, a los que presuntamente se les permitió llevar armas ligeras, fue supervisada por Rusia, aliada de Damasco.
Sin embargo, el gobierno sirio no ha reconocido las negociaciones con los yihadistas y solo ha informado de que se ha permitido la salida de niños, mujeres y ancianos de esta zona por "razones humanitarias" durante una tregua iniciada ayer y concluida hoy.