El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró este sábado que su Gobierno continuará trabajando sobre una solución diplomática en el caso sirio, pero advirtió de que EE.UU. no se fiará sólo de la palabra de Rusia y del presidente sirio, Bachar Al Asad, y mantendrá abiertas todas las opciones.
En su discurso semanal de los sábados, Obama insistió en que su Administración seguirá apoyando una solución diplomática que obligue al régimen sirio a entregar y destruir las armas químicas con las que presuntamente acabó con la vida de un millar de personas el pasado 21 de agosto.
La alocución, emitida este sábado pero grabada como es tradición este viernes, fue previa al acuerdo alcanzado hoy sábado entre el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y su homólogo ruso Serguei Lavrov, mediante el cual los sirios deben dar "un acceso inmediato y total" a todos los lugares de almacenaje de armas químicas.
"Hay avances"
"Hemos visto indicaciones de que hay avances. Tan recientemente como hace una semana, el régimen de Al Asad no reconocía que poseía armas químicas. Hoy lo reconoce", subrayó el presidente.
"Siria ha indicado su disposición a unirse a otros 189 países, que representan el 98 por ciento de la humanidad en el cumplimiento de un acuerdo internacional que prohíbe el uso de armas químicas. Y Rusia ha arriesgado su propia credibilidad al apoyar este resultado", agregó.
Obama aseguró "estar preparado para seguir hacia delante con el plan" que alcanzasen Kerry y Lavrov, pero advirtió de que su Gobierno sigue alerta ante cualquier paso en falso.
"Como este plan sólo surgió a raíz de la amenaza creíble de una acción militar por parte de Estados Unidos, mantendremos nuestra postura militar en la región para seguir presionando al régimen de Asad. Y si la diplomacia fracasa, Estados Unidos y la comunidad internacional tienen que estar preparados para actuar", afirmó.
Kerry y Lavrov finalizaron este sábado en Ginebra un proceso de negociación sobre cómo implementar la iniciativa rusa de identificar, poner bajo control internacional y destruir el arsenal químico de Siria.
Estados Unidos está, además, "convencido" de que el informe de los inspectores de la ONU sobre el ataque del pasado 21 de agosto, que desencadenó la amenaza militar de Washington y el intento diplomático de Moscú, confirmará que se usaron armas químicas.