El Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas aprobó este viernes una resolución que condena las violaciones de las libertades fundamentales en Siria, hayan sido perpetradas por fuerzas gubernamentales, sus milicias afines o los grupos rebeldes, así como el uso de armas químicas en el conflicto.
La votación fue solicitada por Venezuela, que fue el único país que se pronunció en contra, frente a los 40 apoyos que recibió el texto y 6 abstenciones.
El documento fue consensuado por una treintena de países, entre los que figuran Estados Unidos, Catar y Arabia Saudí, que mantienen una línea muy crítica frente al régimen de Bachar al Asad y respaldan de distintas maneras a las fuerzas opositoras.
Treinta meses después del inicio del conflicto, el CDH censura el uso comprobado de armas químicas, un acto prohibido -como recuerda la resolución- por las normas internacionales.
Sin embargo, con el fin de recabar suficientes votos, el texto se abstiene de atribuir a alguna de las partes del conflicto la responsabilidad de esa actuación, que las evidencias recogidas por un equipo de inspectores de la ONU apuntan a que fue cometida por fuerzas del régimen.
Siria debe autorizar una comisión de la ONU
La resolución adoptada hoy por el máximo órgano de la ONU sobre derechos humanos es la décimo segunda relacionada con el conflicto sirio, pero la primera en obtener una aceptación tan amplia.
El texto hace hincapié en que el Gobierno sirio debe autorizar la entrada al país de la comisión investigadora creada por la ONU para indagar los crímenes perpetrados en el contexto del conflicto.
Esta comisión, integrada por renombrados juristas internacionales, funciona desde hace dos años, pero hasta la fecha no ha conseguido entrar en Siria, debido a la negativa de las autoridades.
En una declaración posterior a la aprobación de la resolución, la embajadora de Estados Unidos, Eileen Donahoe, afirmó que el mensaje que se busca transmitir al Gobierno sirio es que "debe detener los ataques indiscriminados contra civiles desprotegidos".
La representante británica ante la ONU en Ginebra, Karen Pierce, sostuvo que la actitud de las autoridades de Damasco ante la comisión investigadora muestra claramente que "no les resulta cómodo cooperar con ella", lo que contradice la obligación de un Estado miembro de Naciones Unidas.
"Todos los miembros de la ONU deben cooperar con sus comisiones", subrayó.
Rechazo a una resolución "politizada"
Durante el debate en el CDH, el embajador de Siria, Faysal Hamoui, dijo que su Gobierno rechazaba una resolución "politizada" y que se centra en pedirle que coopere con una comisión que "fue creada ilegalmente y que durante dos años ha trabajado en base a una información que es incapaz de documentar".
Acusó también a los patrocinadores de la resolución de "encubrir" las acciones de países como Turquía, Catar y Arabia Saudí, a los que acusó directamente de ayudar a la oposición armada.
A Turquía le acusó de permitir la entrada por la frontera común de combatientes extranjeros que engrosan las filas de los rebeldes, a Catar de financiarles y a Arabia Saudí de "haberse convertido en el líder de estas acciones" y de "apoyar la violencia".
Hamoui recordó que su Gobierno había invitado a una de las integrantes de la comisión a visitar Siria (la jurista suiza Carla del Ponte), una opción que la comisión rechazó porque desea que se permita la entrada de todos sus miembros.
A ese respecto, el embajador de Francia, Nicolas Niemtchinow, resaltó que el CDH reclama a Siria "un acceso total" para la comisión y no sólo para una de sus integrantes.
Recordó que cuando Damasco autorizó la entrada al país, en un viaje "personal", del presidente de la comisión, Sergio Pinheiro, en la primera etapa de su mandato, a éste sólo se le permitió "visitar el Ministerio de Asuntos Exteriores".
La tarea de la comisión consiste en investigar y documentar las violaciones perpetradas en el conflicto sirio, que ha causado más de 100.000 muertos.